Blackout: El amor brilla cuando la luz se apaga

De buenas a primeras quise leerlo porque me causaba mucha curiosidad el hecho de que es un libro protagonizado por adolescentes negros en medio de un apagón en la Gran Manzana. Por muy triste que sea, la variedad racial no es algo tan común como me gustaría en la literatura. Aún así, me alegra que poco a poco vaya habiendo más. Una vez me di cuenta de que estaba escrito por seis autoras, cuatro de las cuales ya conocía, fue un click instantáneo.

En este libro conoceremos a trece adolescentes (aunque en la sinopsis ponga doce, creo que deberíamos añadir uno más) que protagonizan seis historias por separado en el mismo lapso de tiempo y en la misma ciudad, durante un apagón en plena ola de calor de julio, entrelazadas por un mismo factor: una fiesta. Hay diferentes tipos de relación (de amor, principalmente): amigos de toda la vida, reencuentros entre ex parejas o ex compañeros de instituto, nuevos inicios… No quiero contaros más para que lo descubráis vosotros mismos, pero sí os diré quienes las protagonizan.

Tammi y Kareem, Tremaine y JJ, Joss y Nella, Tristan y Lana, Kayla, Tre y Micah, Seymour y Grace. No hablaré de ellos porque esta reseña sería eterna, pero puedo resumirlos en una palabra: diversidad.

Este libro destaca por su grandísima representación LGBTIQ+. No solo tenemos a personas heterosexuales, también a personas queer, gais, lesbianas… Me ha parecido fantástico y TAN necesario en la literatura juvenil… Os prometo que quería quedarme a vivir en ese libro.

Una de las cosas que más me ha gustado ha sido la pluma de las autoras. Todas magníficas, ligeras y utilizando el lenguaje inclusivo de una forma tan natural como la vida misma. Ojalá escribieran más historias de este tipo, juntas. Sería la primera en darles todo mi dinero.

En resumen, es un libro de amor juvenil que deberían leer todos; un libro protagonizado por adolescentes, una gran diversidad sexual, con lenguaje inclusivo, personajes entrañables y escrito a doce manos de una forma exquisita. Considero que es más que necesario, especialmente para ayudar a normalizar y visibilizar más el colectivo LGBT+ (porque a veces nos olvidamos de ese +). Os lo recomiendo muchísimo si queréis un libro ligero y tierno para leer en un suspiro.

Salvo UNA historia («Sin máscara», de Nic Stone), que me ha gustado bastante, y otra que era mona pero poco más («Hechas para encajar», de Ashley Woodfolk), las demás me han parecido simplonas y básicas.

Incluso me ha dado bastante igual que estén entrelazadas y los personajes tengan vínculos entre ellos.

Vamos, que el libro me ha dejado bastante fría.