Los incomprendidos

¡Cómo me gustaría poder escribir una opinión a la altura de esta obra!
Después de leer el año pasado "Los ingratos" de Pedro Simón, no dudé en leer "Los incomprendidos".
Y lo vuelve a hacer. Nos cuenta una historia de esas que te rompe por dentro. Que te revuelve las tripas y te destroza el alma por momentos.
Porque no es solo lo que cuenta; es cómo lo cuenta. La capacidad que tiene este hombre para transmitir y hacer sentir tantos sentimientos encontrados a lo largo de las páginas de este libro.
Los problemas de los personajes se convierten en los nuestros; ellos tropiezan, y nosotros nos caemos.
Personajes reales, creíbles, muy cercanos.
Yo no me crie en Carabanchel, pero viví (y vivo) en un barrio obrero; compartía mi vida con mis padres, mi hermana y mi abuela.
Pase el tiempo que pase, las diferencias entre padres e hijos están siempre ahí. No todos somos padres, pero todos somos hijos, y estoy segura de que nos ha sido muy fácil ponernos en el papel de Inés en muchas de las situaciones por las que pasa. Esa "ascolescencia" ¡qué término más adecuado este acuñado por la tía Clara!; yo también tuve algo parecido a esa tía Clara.
Desde los puntos de vista de Javier, el padre e Inés, la hija adolescente, nos vamos enterando de una historia desgarradora y demoledora. Real. Dura. Cruel. Como la vida misma.
Además, al igual que en la pintura se utiliza "el cuadro dentro del cuadro", Simón utiliza "el libro dentro del libro". Nos regala un thriller (un bosquejo, ideas, un resumen, flecos de una historia que toma forma en nuestra cabeza; al menos en la mía) dentro de esta terrible narración.
Me ha gustado mucho el final, que es un principio; la esperanza, la luz al final del túnel; me ha encantado la complicidad de Clara; la independencia de la abuela Aurora después de una vida cuidando de los demás; el sentimiento de culpa de Javier; la "ascolescencia" en todo su esplendor de Inés.
En definitiva, me gusta todo lo que sale de la pluma de Pedro Simón.
Hay un detalle que no puedo dejar pasar por alto; será deformación profesional. Pero, por definición, un neumólogo no es una especialidad quirúrgica; no opera. Quizá en series de televisión sí, pero aquí fuera, en la vida real, no.
Por lo demás, ningún otro "pero".
Deseando leer el siguiente. Algo así como... "los intolerantes", o "los ingenuos" o quizá "los inadaptados"... sea el que sea, lo estoy esperando.