Púa

En estos días se celebra el 25º aniversario de la serie de Bevilacqua y Chamorro, pero en esta ocasión Lorenzo Silva deja de lado a su famosa pareja de guardias civiles para traernos una historia que plantea, tanto a sus personajes como al lector, una serie de dilemas morales al tiempo que muestra las consecuencias de traspasar ciertos límites.

Si en una de las entregas de su serie (“El mal de Corcira”), Silva abordó la lucha de la Guardia Civil contra ETA, en “Púa” la historia se centra en la guerra sucia contra el terrorismo por parte del Estado. No está ambientada en un lugar o tiempo concreto. No hay nombre, fechas o lugares reconocibles, pero aún así es perfectamente identificable.

Púa participó en la guerra sucia del Estado, convencido de lo que estaba haciendo. Ahora, años después, un antiguo compañero le pide ayuda para proteger a su hija, lo que le llevará de vuelta a esa vida y ese tiempo que le cambiaron para siempre.

“Soy una mala persona”. Ya desde la primera frase Púa nos deja claro quién es. Un hombre sin nombre que cruzó una línea roja, que tomó una serie de decisiones que traspasaron los límites de la moralidad, y que lo hizo consciente de ello. Él lo sabe, y por tanto, no trata de justificarse ante el lector. Plenamente consciente de sus actos, su conciencia hace que, lejos de enorgullecerse de ellos, pueda ver cómo fueron manipulados y puestos a los pies de los caballos.

Es esta narración en primera persona la que nos permite conocer al personaje en toda su complejidad. Es un personaje que ya no tiene salvación y que no duda en mostrarse al lector tal cual es, dejando que sea este el que juzgue sus actos, y poniéndole en la situación de decidir si esas líneas rojas que cruzó en el pasado, y que sigue cruzando en el presente, están justificadas o no.

La narración alterna capítulos entre presente y pasado. Un pasado en el que vemos cómo Púa entró a formar parte de la Compañía y lo que hicieron en su lucha contra el terrorismo, a sabiendas de que sus acciones iban a pesarle de por vida; y un presente en el que ya poco tiene que perder y en el que, ante la petición de ayuda por parte de su compañero Mazo, se toma ese encargo como un deber personal, por encima de todo lo demás. No le importa si lo que hace es justo o no, porque cumplir esa misión está por encima de todo lo demás. al final, podrá o no escapar de la acción de la justicia pero, ¿podrá hacerlo de esa responsabilidad individual que supone el cruzar ciertos límites?

Aunque se trata de un relato más reflexivo e introspectivo, resulta igualmente adictivo. Tras un comienzo un poco lento, pronto me vi metido de lleno en la cabeza y en la historia de Púa. No es un thriller al uso, pero engancha tanto o más que estos.

”Púa” es una historia acerca de los entresijos de la guerra sucia y sus consecuencias; del conflicto moral en el que se vieron envueltos, no ya como individuos a título particular, si no como sociedad; de qué les ocurrió a esos individuos que se convirtieron en instrumentos del Estado y que infringieron sus propias leyes, haciendo un profundo estudio de la condición humana y de las consecuencias de acarrea el traspasar ciertos límites morales.