Siega

En un mundo donde las enfermedades y la muerte natural han desaparecido, donde la sociedad es gobernada por una inteligencia artificial que ha eliminado la necesidad de gobiernos y políticos, donde todos los avances científicos posibles ya se han conseguido, ¿cómo se evita la sobrepoblación? Pues a través de la siega, la muerte definitiva que es aplicada por un cuerpo del orden muy especial, los segadores, cuya única misión en la vida es decidir quien debe morir y como. Y cuando digo muerte definitiva, hablo bien, porque se puede reiniciar, "resucitar", a casi cualquiera después de su muerte, sea esta como sea, a menos que sea a manos de un segador en la llamada criba.

Citra y Rowan, dos adolescentes muy distintos entre sí y que no se conocen, son elegidos por un segador como sus aprendices. Sólo uno de ellos conseguirá ser nombrado segador. ¿Quién será el elegido? ¿Qué pasará con el perdedor? Junta esta batalla por el puesto con una guerra interna entre los seres más poderosos del planeta y ya la tienes armada.

El libro alterna episodios protagonizados por cada uno de los protagonistas, encabezados por extractos de los diarios de los segadores. Y aunque el tema es interesante, la trama parecía atrayente, se quedó en eso. Me ha costado muchísimo terminar el libro, me ha resultado aburrido y monótono, y sólo al final me ha entrado una mínima curiosidad por cómo se decidía la elección final.