Siega

El año de la contradicción
Aquel día, cuando el segador Faraday apareció en su puerta, Citra Terranova no podía saber cuánto llegaría a cambiar su vida. Tampoco lo haría Rowan, cuando asistió a la criba del mejor quarterback del colegio, también a manos de este segador. Ambos fueron seleccionados para convertirse en aquello que no desean, convertirse en segadores.
Desde el principio de la novela, de corte juvenil y dentro del género de ciencia ficción, veremos que el mundo tal y como lo conocíamos ha cambiado. Las enfermedades han desaparecido y para mantener el control de la población se ha instaurado la Guadaña, un organismo del que forman parte de los segadores, humanos seleccionados para discernir quién debe morir y quién no.
Por ello, estos no son bien vistos por el grueso de la población que vive feliz y sin preocupaciones hasta que estos aparecen. Rowan y Citra serán dos adolescentes que se cruzarán con uno de estos segadores y por azar del destino serán seleccionados para convertirse en uno de ellos. Así, la novela se dividirá en dos partes, de la cuales la primera tendrá dos fases: la fase de negación, donde ambos sienten la obligación de este cometido, y la fase de competición, donde pelearán por llegar a convertirse o no en segadores.
Temática
Como obra de ciencia ficción, como ya he comentado alguna vez, es un estupendo cambo de exploración sobre nuestras reacciones en situaciones extremas. En este sentido, la novela pronto te absorbe y engancha, ya que el primer gran giro será descubrir esa contradicción de no querer y querer ser segador.
La cuestión de la moral sobre aquellas cosas de las que alguien tiene que encargarse, aunque no quiera, será uno de los temas de la obra y, ligada a este, podremos reflexionar también sobre la cuestión del interés, es decir, a cambio de qué estás dispuesto a hacer algo.
A estos tenemos que añadir temas más prosaicos, pero no por ello menos duros, como la necesidad de la regulación de la población; la tendencia, gracias a los avances científicos, a una vida más longeva y un agotamiento de recursos y oportunidades. Sin embargo, la obra nos los expone de manera muy humana, tanto para lo bueno, como es el interés y el cuidado de los que nos rodean; como para lo malo, el egoísmo, el interés propio, etcétera.
¿Quién vigila a los vigilantes?
Además, como gran tema ante una situación donde se da tanta autoridad a un supuesto igual, encontraremos también la idea tan vista, pero también tan interesante, de quién vigila a los vigilantes, en este caso a los segadores de la Guadaña.
Nuestros protagonistas serán dos personas bastante normales: por un lado, tenemos a Citra, una chica a la que le gusta hacer las cosas bien y que tolera el fracaso regulín; por otro lado, tendremos a Rowan, un muchacho perteneciente a una familia numerosa y acostumbrado a no destacar porque no sirve de nada.
Con ellos, entraremos en una competición, como ya hemos dicho, pero también en un análisis por su parte del sistema de segadores. A lo largo de su carrera de un año, comenzaremos a ver los tipos de segadores que podemos encontrar (la vieja escuela y la nueva) y podremos ver los diferentes argumentos y justificaciones que se dan para acometer la criba de una u otra manera. Así, la obra no solo plantea la aventura de nuestros protagonistas, sino que incluye una intriga política que hace que nos planteemos que los sistemas que se encierran en lo perfecto justo por ello no lo son.
Añadimos, también, la cuestión de la piedad en el método, no solo el porqué sino también el cómo será importante. de esta manera, la obra nos invita a detenernos también en el momento, provocando que el lector esté atento a cada palabra que aparece en la novela.
Compuesto y dispuesto
Este primer tomo de El arco de la Guadaña nos establece cómo es el mundo, qué defectos tiene y cómo son nuestros protagonistas. El avance la historia es lineal, pero muy intenso, ya que tocará todos aquellos aspectos que son de interés para el lector: el porqué, el cómo, la moralidad, la sublevación a lo dictado, la justicia, el aburrimiento vital…
Todas estas cuestiones, a las que añadimos una intriga política muy bien planteada y unos protagonistas muy íntegros en su configuración, se ven perfectamente explicadas gracias al estilo de un autor que no cede a lo explícito en lo intrigante, pero sí en la acción y que nos ofrece una historia bien configurada y con pocas fisuras. En mi caso, quizá podría decir que hay partes de la obra que se me han hecho obvias, pero no por ello lo he disfrutado menos. Así que, os invito a que descubráis qué seríais capaces de hacer en un mundo donde la muerte viene de nuestra mano. Espero que os guste.


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