Los niños viven en el mismo mundo que nosotros . Que nos engañemos suponiendo que podemos protegerlos de él , además de ingenuo , es pura vanidad .
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Los niños viven en el mismo mundo que nosotros . Que nos engañemos suponiendo que podemos protegerlos de él , además de ingenuo , es pura vanidad .
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En realidad, todos tratamos de proteger a quienes nos rodean de la cacofonía de horrores que hay en nuestras cabezas
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Hay algo nihilista en no querer tener hijos, Franklin. Como si no creyeras en el ser humano.
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Tenía muchísimas ganas de devolver este libro en la biblioteca. No ha sido una lectura fácil, es un libro duro, sobre todo porque las reflexiones de la protagonista y el argumento impresionan mucho (me pone la piel de gallina sólo de imaginarlo). Me ha gustado mucho su descripción de los personajes. La autora consigue que los sienta respirar demasiado cerca de mí. La madre describe empáticamente al resto de personajes y te mantiene en suspenso hasta el final. La situación que describe es dura y bastante compleja. Sus 600 páginas te hacen reflexionar sobre la sociedad, la maternidad, la responsabilidad hacia los hijos, el perdón, la culpa, el odio ... En la primera parte del libro me sobra el tono irónico, ya que a veces he encontrado demasiado caricatura de la sociedad, incluso de temas serios. Recomiendo la lectura a pesar de que no lo quiero conservar como libro de cabecera en mi mesita de noche. El fondo supera la forma: lo que me ha aportado el libro supera lo que me ha estremecido.
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Los niños viven en el mismo mundo que nosotros. Que nos engañemos suponiendo que podemos protegerlos de él, además de ingenuo, es pura vanidad
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¿Quién podría vivir día tras día entre los errores de su imaginación, materializados en algo tan sólido como el ladrillo?
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Y difícilmente conseguirán que se avergüence de lo que hizo. Eso solo se puede lograr de personas que tienen conciencia. Solo es posible castigar a quienes tienen esperanzas que se pueden frustrar o vínculos afectivos que se puedan cortar, a personas que se preocupen por la opinión que tengan de ellas los demás. Solo se puede castigar a quienes aún conservan algún resto de bondad.
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Responder a la angustia existencial que te plantea tu vida engendrando simplemente otra vida que la suceda, significa, además de una cobardía, dejar para la generación que siga a la tuya la responsabilidad de encontrar la respuesta.
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La leyenda de Sleepy Hollow es un relato corto de terror y romanticismo, se desarrolla en los alrededores de...