Suisen: El gato de Gorô

No deja de sorprenderme el poder de la literatura para desbaratar nuestras ideas preconcebidas, para bien y para mal.

Tras leer “Azami. El club de Mitsuko” y “Hôzuki. La librería de Mitsuko”, de Aki Shimazaki, me enfrentaba a la continuación de la pentalogía “La sombra del cardo” con expectación y una ligera reticencia, pues este tercer volumen, “Suisen. El gato de Gorô”, tenía como protagonista al personaje que menos atractivo y más desagradable me resultaba.

Y he aquí la magia de la literatura, que hace que la historia que pensaba que menos me iba a gustar, sea la que más me haya conmovido y más haya disfrutado. Y es que las apariencias engañan, y hasta el ser más desagradable tiene su pasado y sus por qué.

Gorô es un personaje aborrecible; soberbio, misógino, desleal, egoísta, mentiroso… un personaje con el que tienes claro que no vas a empatizar y que solo va a producirte sensaciones desagradables durante la lectura (cosa que sucede). Pero la sorpresa llega cuando descubres que la historia ha conseguido ponerte en su pellejo, vestirte con su piel y calzarte sus zapatos, cuando te das cuenta de que es víctima y verdugo, cuando empiezas a comprenderle e incluso (aunque solo sea en parte) disculparle.

Considero que si una historia consigue trasladarte al corazón de un personaje situado en un punto absolutamente opuesto al tuyo, que nada tiene que ver contigo ni en su forma de ser ni de vivir, de pensar ni de sentir… si logra conmoverte, hacer que te cuestiones tus pensamientos y, más increíble todavía, conseguir que te encariñes; si es capaz de producir todo esto, y para más inri, en tan pocas páginas, es que es un libro que merece la pena.

Una historia fluida, sencilla en superficie pero con un gran trasfondo, armoniosa, cómoda a pesar de lo indignante de algunos puntos de la trama, cargada de imágenes y símbolos, sensible… Toda una sorpresa para los descreídos como yo, que prejuzgamos a su personaje por lo que aparentaba y no por lo que realmente es.

Juzgar a Gorô por Azami y Hôzuki es un error que queda demostrado con creces en Suisen, para mí la mejor historia hasta ahora.