Carmilla

Todos tenemos claro que Drácula de Bram Stoker es el clásico unánime del género vampiresco. Sin embargo, pensar que todo empezó con él es una idea comúnmente errónea. 26 años antes de llegar el sanguinario conde, se escribieron una serie de relatos que le dieron al género una estructura y definieron la imagen del vampiro que todavía permanece en nuestro imaginario colectivo.

𝘊𝘢𝘳𝘮𝘪𝘭𝘭𝘢 es quizá la más importante de todas esas obras precursoras por abordar con originalidad la personalidad y los rasgos físicos de estos seres oscuros, así como el esquema narrativo que luego utilizaría Stoker para su novela.

Hay dos aspectos que me han gustado mucho de este relato. Por un lado la atmósfera gótica victoriana, tan característica del universo de los vampiros clásicos; y por otro, las connotaciones eróticas entre las dos protagonistas.

Investigando un poco más, he descubierto que el padre de le Fanu fue capellán y tenía una extensa biblioteca sobre demonología y ocultismo que le sirvieron a su hijo para sus relatos de terror. Donde también se inspiró notablemente fue en la historia de la condesa Isabel Báthory, "La Condesa Sangrienta" (1560-1614). Según las investigaciones de la época, se encontraron en su castillo numerosas muchachas torturadas en distintos estados de desangrado 😱. Fue la historia de esta legendaria asesina la que aportó los elementos más característicos para retratar a Carmilla.