Por Dios, hombres así deberían de venir con algún manual de instrucciones sobre todo para mujeres como ella. Algo tipo: “cómo manejar tíos macizos y con voz susurrante, por mujeres sin carnet de manipulación de productos altamente peligrosos”.
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Por Dios, hombres así deberían de venir con algún manual de instrucciones sobre todo para mujeres como ella. Algo tipo: “cómo manejar tíos macizos y con voz susurrante, por mujeres sin carnet de manipulación de productos altamente peligrosos”.
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Ella sólo asintió, más que nada porque él caminó dos pasos delante de ella y mirar ese culo en movimiento era como si algo te llamara a cometer actos impuros e impúdicos y hasta ahora, los únicos deseos impuros que Lali Martínez Pérez había tenido en toda su vida era comerse una tarrina de helado de chocolate de dos kilos y medio, ella sola y de una tacada.
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La mirada de Lali, con esos ojos negros, enormes y chispeantes, lo había recorrido de arriba abajo y él se había sentido acariciado, estimulado y deseado con sólo esa simple mirada (…).
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¿Quién escribió la saga?