Shakespeare mata mucho. Pocas obras se salvan de su particular "guadaña". Lo vemos en "Macbeth", en "Romeo y Julieta", en "Otelo". En otras, trabaja emociones dispares, como el resentimiento, la decepción, la venganza, la intriga, el malentendido. Pero con esta obra mayúscula lo une todo de manera magistral: venganza, decepción, disimulo, reconciliación, traición... e, incluso, un amor tan puro como el que le inspira Ofelia al protagonista. Y muerte, mucha, a raudales. Algunas se celebran, otras duelen. Obra atemporal, perfecta, emblemática. Se relee mil veces y no cansa. La mejor, en mi opinión, de todas las que escribió. Recomendable sin lugar a dudas. Y sí, ésta también es uno de mis "Fondos de Armario". Enlace: https://instagram.com/los.li.. |