Voy a traicionarte

No sé por qué, pero me resistía un poco a leer a Ruta Sepetys. Hasta que me animé con su primera novela, "Entre tonos de gris", el año pasado. Y como la experiencia fue positiva, volví a ella para cerrar el 2022 y empezar el 2023.

La trama de esta novela se sitúa en la Rumanía de finales de 1989, cuando la dictadura comunista de Nicolae Ceaușescu, que había empezado en 1967, estaba llegando a su fin.

Ruta Sepetys es capaz de contar historias muy duras de una forma sencilla, eligiendo episodios muy desconocidos que forman parte de grandes acontecimientos históricos. Y lo hace con una escritura muy sencilla, directa, ágil y cercana. Lo que cuenta es duro, sí, pero consigue que la lectura sea fluida utilizando mucho diálogo, un ritmo de narración más bien rápido, una estructura organizada en capítulos cortos y una trama que engancha. Ni las reflexiones del protagonista (que no resultan densas para nada) pueden ralentizar la marcha.

Cristian es el protagonista. Es un chaval de apenas diecisiete años que vive los momentos típicos de su edad, pero en el contexto de una dictadura. Es un personaje al que vemos pasar por muchos estados de ánimo distintos. Creo que su desarrollo es muy interesante y resulta muy sencillo empatizar con él.

El resto de personajes funcionan muy bien dentro de la trama. Me llama la atención el contraste entre algunos, como el abuelo y su propio hijo, el padre de Cristian. El primero es combativo y crítico, no se conforma con lo que hay y no quiere que su nieto lo haga tampoco. En cambio, el segundo es casi una sombra, una persona derrotada por la situación, que trabaja mucho y hace largas colas sin protestar, a pesar de saber que conseguirá poco o nada. Un buen reflejo de lo que debió ser la sociedad rumana en aquel tiempo.

La trama principal de la novela, en la que Cristian es obligado a convertirse en un espía de la Securitate (la policía secreta del régimen), es muy interesante y creo que está bien planteada y que se desarrolla de una forma muy correcta. Lo que vemos ahí entreteje la historia ficticia de Cristian con los hechos históricos reales, cosa que la autora hace de forma que no queden vacíos, al tiempo que te pone a pensar.

En la misma línea está el final, tan correcto como el desarrollo. Eso sí, tengo que decir que me habría gustado poder «ver» esa última escena. Pero, aun así, es un buen final, adecuado a cómo ocurrió todo.

En una novela como esta, es importante la ambientación. Y te diré que la autora consigue colocarnos en esa Rumanía gris, fría y triste, una víctima más de Ceaușescu. Lo hace con las descripciones justas para que «veamos» la zona en la que se mueve Cristian y nos hagamos una idea de cómo era vivir allí. Igualmente, al hablar de lo que comían, lo que hacían, cómo se vestían y cómo organizaban la casa, hace que entiendas un poco mejor el miedo y la desesperación que vivían estas personas.

Con todo, no hay que perder de vista que esta es una novela histórica crossover, es decir, que está pensada para que la lean tanto adultos como adolescentes. Por ello, es posible que a alguien con cierto bagaje le parezca demasiado sencilla. Pero no parece que haya mucho material en formato novela sobre este tema, por lo que la «originalidad» gana en este caso.

En resumen, es una novela que recomiendo por ser interesante por su contenido y por su intención. Tiene una lectura muy ágil y trata un tema muy poco conocido. A según qué personas les puede parecer demasiado sencilla, pero creo que funciona muy bien como introducción a un hecho histórico muy cercano tanto física como temporalmente.
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