Nosotras las mujeres debemos tener nuestras armas en este mundo, ya sean las mentes, los puños, las artimañas o las lágrimas.
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Nosotras las mujeres debemos tener nuestras armas en este mundo, ya sean las mentes, los puños, las artimañas o las lágrimas.
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El miedo da poder a los monstruos.
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El mejor aliado es aquel que comprende al enemigo.
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Un título nunca viene mal, pero no garantiza el respeto de los demás. Eso depende de los actos.
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El tiempo de estar a salvo ya pasó. Si no aprovechamos las oportunidades que se nos presentan lo único que conseguiremos será sobrevivir a duras penas.
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No quiero protegerte. No necesito protegerte. Para eso ya tienes a otros, y tu misma lo has hecho ya bastantes veces. No quiero escaparme contigo; quiero estar a tu lado y luchar, luchar por algo que jamás pensé que querria, pero lo quiero. Contigo soy más fuerte, y mas valiente, y no quiero volver a vivir siendo como era antes. Te amo, y no tiene nada que ver con la persona que fingías ser. Te amo a ti.
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Me mira como si fuese su libro preferido, uno que ha leído de principio a fin incontables veces. Uno cuyos secretos ya ha descubierto, pero al que sigue volviendo a por más.
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La esperanza es contagiosa. Cuando tienes la suficiente, se extiende de forma natural.
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Queria a mi hermana con toda mi alma, pese a que parezca lo contrario. Era mi completo opuesto, y también mi otra mitad. Pero era una mujer con defectos.
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El miedo da poder a los monstruos. No le tengo miedo; no tiene ese poder sobre mi. Ya no, mi Phirena.
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¿Qué criaturas mágicas podemos encontrar en Gringotts, el banco de magos?