Una obsesión perversa

Victoria Schwab (1987) es una de las autoras americanas de mayor popularidad y prestigio de literatura juvenil del momento. Sus novelas para el público adulto las escribe bajo el nombre de V. E. Schwab, entre las que se encuentra Una obsesión perversa.

Victor y Eli, dos estudiantes de medicina, descubren que las experiencias cercanas a la muerte (ECM) juegan un papel primordial para convertirse en EO (personas ExtraOrdinarias), por lo que, llevados por su ambición, deciden probarlo y así despertar con unos poderes inimaginables. Sin embargo, no todo sale como ellos habían esperado y Victor termina en la cárcel, traicionado por su antiguo amigo Eli. Una vez en libertad, lo único que le moverá será la sed de venganza.

Después de leer la sinopsis de Una obsesión perversa, se me quedó la sensación de que la historia me sonaba muchísimo y terminé recordando Flatliners (1999, o su remake en 2017), todo un clásico del cine de ciencia ficción en el que un grupo de cinco estudiantes de medicina experimentan con experiencias cercanas a la muerte. Ahora bien, las similitudes se detienen ahí: V. E. Schwab ha creado una historia de lo más original e interesante al darle una vuelta de tuerca al tema al incorporar la obtención de los poderes una vez se regresa de la muerte.

Así pues, la novela empieza de una manera inmejorable, haciendo que el lector no pueda soltarla en ningún momento. A esto, además, habría que añadir el hecho de que los capítulos sean muy breves, con lo que la autora agiliza su lectura. Además, la manera de organizar esos capítulos, entrelazando el presente con el pasado hace de ella una lectura muy dinámica, en el que las líneas temporales que se nos presentan juegan un papel de lo más importante para que podamos entender el momento en el que nos encontramos.

El libro, además, es mucho más profundo de lo que podría parecer en un primer momento, tratando temas tan cercanos a nosotros como puede ser el fanatismo (sea del tipo que sea) y el nivel de ceguera que alcanzan algunas personas respecto a ello, pues no les permite ver más allá de ese sentimiento e incluso justifican cualquiera de sus acciones en base a ello, sin importar el daño que pueden hacer en su entorno siempre que lleguen a su fin.

Durante toda la lectura de la novela me vi sobrecogido por un miedo en cuanto a lo que podría encontrarme una vez la novela llegara a su fin, puesto que la autora corría el riesgo de dar una solución de lo más sencilla a todos los conflictos que se van abriendo ante nuestros ojos. Sin embargo, es de alabar el trabajo que ha hecho V. E. Schwab, ya que no se anda por las ramas y le ha dado un final apoteósico con un cierre espléndido para la que es la primera parte de la serie Villanos.

No se puede encontrar tampoco ninguna pega a la narrativa de V. E. Schwab, que ha logrado una prosa impecable que te transporta irremediablemente a Merit y que te mantiene en tensión gracias a la atmósfera que ha creado para su historia, una atmósfera un tanto oscura pero que te atrapa por completo.

Uno de los aspectos que más me ha gustado de la novela son sus personajes, puesto que nos encontramos ante unos protagonistas que forman un grupo de lo más variopinto y singular que te puedes encontrar dentro de la literatura, pero cuya unión resulta siendo brillante. Además, se escapan de todos los estereotipos que se te puedan ocurrir, encontrándonos así antes unos de los personajes que mejor están trazados de la literatura de los últimos tiempos. de cualquier manera, son personajes con garra, que se te clavan en el pecho y en la mente y que no vas a conseguir echarlos de ahí por mucho que lo intentes.

En definitiva, Una obsesión perversa es una novela que reinventa todo un género que estaba ya muy trillado al dotarlo de una mayor profundidad y oscuridad de lo que podría parecer en un principio y de la que va a ser muy difícil de olvidar. ¡Cuidado! Sus páginas pueden crear una gran adicción para el que ose adentrarse en ellas, corriendo el riesgo de salir de ellas fascinado por completo.
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