¿Por qué corre Sammy?

“Ir por la vida con conciencia es como conducir un coche con el freno de mano puesto.”

Había oído que esta novela era una de las mejores que se habían escrito sobre los sucios entresijos del mercado del cine Hollywoodiense.

“Los tres principales productos que fabrica esta ciudad son películas, ambición y miedo.”

Había oído que el autor creó con esta novela un personaje que, como Yossarian o Holden Caulfield, acabó dando nombre a un típico tipo norteamericano, Glick, un hombre individualista y hecho a sí mismo, el trepa sin escrúpulos que va dejando un reguero de cadáveres en su camino al poder y al dinero. Había oído incluso que tal personaje tenía cierto aire de familia con Charles Foster Kane o Jay Gatsby.

“Trabaja mucho, y si no puedes trabajar mucho, sé listo; y si no puedes ser listo, llama la atención.”

Había oído hablar de la maestría de sus diálogos.

- Henry, ¿sabes lo que he estado haciendo durante las dos últimas horas
- Sí, poniéndose como una cuba.
- No, elaborando una teoría que acabará con el odio en el mundo.
- Eso es lo mismo.

Había oído que tenía frases gloriosas, de esas tan típicas del cine negro de la época.

“A mí me gusta bailar con bailarines pasables. No sé por qué pero suelen ser mejores tipos.”

Había oído hablar maravillas de otra de sus obras, El desencantado, y había oído hablar con algo menos de entusiasmo de esta otra, aunque personalmente me ha parecido una novela interesante y divertida que me hacía difícil separarme de ella.

Todo esto es cierto, pero nadie me había hablado acerca de la debilidad de su planteamiento: un buen hombre, al Manheim, inteligente, comprometido social y políticamente, competente en su trabajo como periodista y guionista, que no puede estar más en las antípodas de Sammy Glick y de todo lo que él representa, cae en una fascinación tal con el odioso personaje que ambos llegan a hacerse amigos o algo que se le parece mucho. de esta debilidad es consciente el autor, tanto que gasta un buen puñado de páginas a lo largo de toda la novela para justificar esta extraña relación que, además, es la que hace posible que sea Manheim quién pueda contarnos la historia de Sammy y ser aquel que continuamente se hace la pregunta que da título a la novela, ¿por qué corre Sammy?, duda que le empuja a mantenerse a su lado hasta encontrar la respuesta que, desde su punto de vista, sería “la respuesta a todo”.

“Me pregunto si lo que hace que Sammy nos parezca tan fascinante es que él es el «id»… el centro de nuestros instintos básicos, que el superego viste con la ropa de la respetabilidad para mostrarlos al mundo exterior”

Sí había oído que el personaje llegó a ser tomado como modelo de conducta a seguir por su desfachatez y ambición desmedida, eran los yuppies de los 80. de hecho, no sé si buscado o no por el autor, la fascinación que ejerce el protagonista sobre su narrador y su novia, examante de Sammy, no puede ser solo fruto de la curiosidad, también hay mucho de admiración y hasta de envida, aunque se intente disfrazar de desprecio.

“…cuando él aparece modifica el aire que una respira, lo intensifica… sentía un deseo irracional de saber qué sentiría al tener dentro de mí esa imparable ambición, frenesí y violencia.”

Pero tampoco me dijo nadie que la moraleja de la historia era traspasar la culpabilidad del individuo a la sociedad, aunque no se explique por qué su hermano o amigos del individuo, criados en el mismo ambiente y enfrentados a los mismos problemas, tomaron caminos opuestos.

“Creo que no tuviste elección. En tu caso se trataba de escoger entre ser un buen tipo y un fracasado o tal como eres ahora. No, supongo que ni siquiera pudiste escoger. El mundo decidió por ti.”

Tampoco me habló nadie de que el autor delató durante "la caza de brujas" a 17 de sus antiguos compañeros de partido.

Y yo, que soy muy sensible a las conclusiones erróneas y, aunque me pese, a este tipo de datos biográficos, no puedo evitar quitarle una estrellita que quizás mereciera.