Noche

El matrimonio formado por don Francisco y doña Dolores dejan Ávila, con sus cinco hijos, para venirse a Madrid a buscarse la vida. El padre, don Francisco, con un nuevo trabajo, es una persona "cómo Dios manda" para todos, pero en casa es autoritario y violento que mantiene encerrados a los suyos en casa y les exige estrictos valores y cumplimientos religiosos. La madre, doña Dolores siempre hace lo que quiere su marido, incluso cuando debería plantarle cara para defender a sus hijos. Los hijos soportan las órdenes y el maltrato del padre compartiendo la falta de libertad y el aislamiento en casa. Cuando se vive en un entorno tan asfixiante, la presión termina provocando que la situación reviente y las desgracias lleguen una tras otra, afectando a toda la familia.
Este drama naturalista de 1888 se ocupa, además de contar la mísera vida de la familia, de reflejar las costumbres del Madrid de la época. El narrador, aunque intenta ser neutral en las descripciones de los personajes y las situaciones, termina tomando partido y señala las injusticias, crítica a la sociedad hipócrita, fanática y rancia aunque lo hace con cierta tendencia al melodrama y un lenguaje algo ampuloso.

Aquí, en este libro, tenemos el claro ejemplo de lo que es querer mal. Unos padres (especialmente padre) que profesan una devoción llevada al extremo hacia Dios y la religión pero que a su vez no saben o no quieren, más bien, demostrar amor. La contención de las emociones me parece de lo más destacable puesto que se supone que el cristiano siente un amor inmenso hacia el creador pero por otro lado, ¿no deberías amar del mismo modo a tus hijos, carne de tu carne y sangre de tu sangre? Tremendamente triste y lo peor es la frustración de ambas partes.
Hijos con una infancia deficiente y deprimente con unos padres a los que dichos adjetivos van como anillo al dedo.
Durante toda la novela se siente un ambiente lúgubre y pesimista. de esos en que la tristeza te cala los huesos.
Este es un libro para disfrutar y entender, lo cual, lleva tiempo. No es una novela de una sola tarde pero es de esas que no se olvidan al cerrar su última página.
Me gusta mucho cómo escribe este hombre y de todo lo que cuenta hay profundidad y de sus páginas exprimes cada letra.

Definiría este libro como "chisme del siglo XIX". Antes de centrarme en la historia quiero puntualizar que para las personas que no estamos acostumbradas a leer novelas escritas con la sintaxis y el vocabulario utilizado en esa época puede resultarnos complicado y agotador en según que partes de la narración, en mi caso incluso me he perdido en algunas partes y por no estar buscando cada palabra que no entendía en el diccionario me he perdido un poco.
Sabiendo esto, paso a hablar a cerca del contenido de la novela en sí.
El principio de esta nos cuenta la vida y los orígenes de Francisco, su historia familiar y como tras casarse forma el la suya propia. Poco a poco nos narra todas las desdichas por las que pasa el y su familia, aludiendo a que quizá el tiene parte de la culpa de cosechar dichas consecuencias.
La novela empezó costándome un esfuerzo de lectura considerable por su narración y aparente temática, poco a poco según empezaron a liarse las cosas me llamó más la atención el saber cómo terminaba cada miembro de la familia.
Es de agradecer pese a todo el esfuerzo y el cariño que pone la editorial en hacer aclaraciones a pie de página de errores de la narración original y ciertas expresiones en desuso.