Una corte de hielo y estrellas

Cuando llega la calma
Hace poco que ha terminado la guerra y sus consecuencias no se han hecho esperar. Alojados en Corte Noche, Rhys, Feyre y el resto de su familia tiene que afrontar no solo la reconstrucción física de la guerra, sino también las secuelas psicológicas de la misma. Para ello la narración se centrará en la celebración del Solsticio de Invierno, cuya celebración, importante en la corte, removerá los sentimientos de todos ellos.
Así, nos situamos en esta cuarta entrega de la saga que comenzó con Una corte de rosas y espinas, en la que como vemos se nos presenta casi a forma de epílogo final. En este sentido, y en principio, no encontraremos nuevos conflictos, sino que se tratará de sacar relucir las secuelas de la guerra. Sin embargo, pronto veremos que estas tienen más recorrido: la resistencia ilyria por ir a la guerra, la inestabilidad de las cortes por la eliminación del muro y los dramas personales que involucran mucho más de lo que podríamos pensar a primera vista.
Con esta idea, la obra podría haber sido interesante si no fue un mero expositor de problemas. No se desarrolla absolutamente nada de lo que se plantea (y que por otra parte, ya conocíamos de final del libro anterior) y, además, aquellas cosas que se resuelven, lo hacen de manera casi aleatoria o instantánea.
Voces
Una de las innovaciones de la obra es que está narrada en múltiples voces. Es cierto que ya antes teníamos alternancias Tamlin/Feyre/Rhys, pero en este caso el número se amplía y Mor o Cassian tendrá su hueco.
Ahora bien, esta manera de narrar se nos presenta de manera particular. Por una parte, los episodios de Rhys y Feyre estarán en primera persona, mientras que los de los demás estarán en tercera. Este cambio de narrador a mí se me ha hecho un poco pesado, sobre todo porque no me permitía meterme en la psicología de los personajes que parecía que se querían desarrollar en esta obra.
Además de esto, la obra también es de difícil digestión porque tiene escenas muy estáticas donde no pasa nada, muy descriptivas y, sobre todo, repetitivas. Las joyas ya se nos salen por las orejas en esta obra y mira que ya en las anteriores ya sabíamos del Palacio de Hilos y Hoyas.
No había necesidad
En mi caso, esta entrega me ha enfadado más aún, aparte de por todo lo que ya he mencionado, porque ha cambiado, bajo mi punto de vista, aspectos básicos de personajes muy importantes como puede ser Freyre o Nesta. Hay evoluciones que quizá se han hecho rápido como la de Elain, pero es que a las otras dos hermanas las ha desposeído de lo esencial: a Freyre, su libertad y la necesidad de hacer el mundo suyo; a Nesta, de su saber estar por encima de todo, de apropiarse del mundo. Y entiendo lo que sucede con este personaje en este último caso, pero la transición entre el final de Una corte de alas y ruina y este último es: ninguna.
Además, como he dicho más arriba, nos encontramos ante una obra que abre muchos frentes, pero en la que, de verdad, no pasa absolutamente nada. La información que tenemos al final de la anterior entrega y al final de esta es la misma e, incluso, peor, porque ha estropeado a algunos personajes, bajo mi punto de vista.
Fedear al fandom
Quizá estoy siendo muy crítica, pero es que el chasco ha sido grande. La verdad es que ha sido una saga que me ha gustado mucho, cuyo final está bien, y cuya cuarta entrega debería haber sido la quinta.
¿Por qué si el final está bien debería haber otra entrega? Porque es cierto que hay cosas que quedan sin resolver en el mundo, pero de eso se tienen que encargar otros personajes que sean capaces. La historia de Rhys y Feyre estaba acabada y esta entrega lo que yo veo es que se nos han dado algunas páginas más para que «aguantemos» hasta la entrega con contenido.
Y casi, después del chasco, espero que sea así y que la próxima entrega vuelva a la historia y al estilo de la saga, porque este es como si ni siquiera lo hubiera escrito Sarah J. Mass…
En fin, espero que, si lo leéis, saquéis algo positivo de la lectura. En mi caso no lo recomiendo, mejor un bonito recuerdo y esperar, que esta decepción.

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