Harry Wolf

¿Os ha pasado alguna vez que, nada más empezar una novela de un autor que no conocéis hasta ese momento, ya sabéis que os va a encantar el libro y que el escritor —lo más probable— es que se convierta en uno de vuestros favoritos? Pues eso es, precisamente, lo que me ha pasado a mí con Laura Sanz tras aventurarme en las páginas de Harry Wolf.
¡Qué maravilla de libro! Leerlo es una delicia y su historia te conquista sin remedio porque, a pesar de ser desgarradora, resulta preciosa, dulce y tierna al mismo tiempo. Además, la trama me ha parecido muy original y me ha encantado que Sanz haya decidido salirse de la norma y ambientarla en un país y una época para nada frecuentes (Alemania en la década de los 80').
Entre los aspectos positivos de la novela destacaría, por encima de todo, su magnífica redacción; esta es impecable y te atrapa poco a poco en la lectura con lo que no puedes (ni quieres) dejar de avanzar en ella para saber más sobre Harry y Sara. Aunque podría mencionar un montón de aspectos más como los personajes (entre los que incluiría la casa de Harry porque, para mí, es una protagonista más), el encanto de la abuela o de Kárpov, la portada (es chulísima y refleja a la perfección el libro), las referencias ochenteras…
Entre los aspectos negativos, el único que se me ocurre es achacable solo a mí: ¿por qué habré tardado tanto en descubrir a Laura Sanz y leerme este libro? Ni idea, pero lo que tengo claro es que seguiré disfrutando de sus otras historias porque si son la mitad de buenas que Harry Wolf, sé que me encantarán.