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El punto de partida del libro me ha recordado mucho a El mal camino, del mismo autor. No considero que sea algo malo, al contrario, me ha despertado cierta gracia, puesto que en todos los libros de Mikel Santiago siempre termino encontrando alguna similitud, como los músicos frustrados que suelen protagonizar las historias. Eso es algo que sin duda ha hecho que me enganche aún más a su escritura. En este caso, En plena noche no me ha resultado tan trepidante como otros libros del autor. Me parece muy bueno, pero que no esta al nivel de la tensión de El extraño verano de Tom Harvey o La última noche en Tremore Beach. Muy a mi pesar, se me ha hecho un poco pesado en algunos momentos. Aunque debo confesar que tengo parte de culpa, puesto que lo he devorado en tan un par de días y me ha sobresaturado un poco. Respecto a la obra, me parece una historia con giros muy buenos y nada predecibles. Es muy tierno el modo de describir la evolución de una amistad y el reencuentro veinte años después. No obstante, siempre son obras muy realistas, donde los personajes deben enfrentarse a reproches del pasado. Si tuviera que criticarle algo sería que bajo mi punto de vista ha quedado algún cabo suelto, nos deja demasiado en el aire esa bonita relación amorosa que se retoma, y algunas muertes tienen un final demasiado abrupto. No obstante, no he visto venir el final ni el asesino, y eso me ha encantado. Leer a Mikel Santiago siempre es una buena opción. |
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