Estelar

Una maniobra cualquiera
Desde que Spensa entró como piloto en la FDD, esta no ha dejado de crecer. Conquistado el espacio próximo al planeta Detritus, la misión de la humanidad ahora es conseguir la tecnología para poder salir de él, ya que los ataques de los Krell se han intensificado. En una de esas duras batallas, Spensa tiene la oportunidad de ir a una de las bases de la supremacía, su misión es infiltrarse y encontrar la tecnología que los permita huir. ¿Os imagináis a Spensa siendo sutil?
Así comienza nuestra historia de hoy, una narración que a nivel de ritmo comienza arriba, ya que la situación de los humanos después del último ataque parece desesperada. Es por ello por lo que nuestra protagonista decide dejarse llevar por una intuición que le dice que, si consigue llegar a una de las bases de la Supremacía, podrá la clave de su control. de este modo, frente a esa primera parte donde encontrábamos sobre todo una novela de formación; en esta segunda, encontraremos una novela de intrigas políticas, donde nuestra protagonista no solo tiene que pasar desapercibida, sino conseguir toda la información posible.
Cambio pero no drástico
En este sentido, Spensa cambiará su registro de chica alocada, impulsiva y temeraria, a una chica mucho más cauta, más madura y que sabrá sopesar las diferentes situaciones que se le plantean. Sin embargo, no creáis que Spensa ya no es Peonza, no, veremos sus impulsos, cómo aprenderá de ellos y cómo se meterá en problemas por ello también, claro.
No obstante, nuestro piloto no solo crecerá de puertas para dentro, sino que también lo hará de puertas para fuera. Lo que veremos en su viaje será sobre todo un cambio de perspectiva, ya que será más receptiva a lo que piensen y sientan los demás (al fin y al cabo, está en su misión hacerlo). Se descubre en la novela el sentimiento y la perspectiva del otro que si bien aparecía ya en la primera con los compañeros de escuadrón, en esta se acentúa por el contacto con otras razas que llevará acabo nuestro protagonista.
El otro en la novela no será solo un ente al que odiar, sino también alguien a quien comprender, por el que compadecerse y por el que las cosas se vuelven más complicadas.

Nuevos y guays
Es cierto, y creo que de recibo decirlo, que hay nuevos personajes y en nuestra lectura conjunta eso ha sido lo que más ha incomodado. En mi caso no ha sido problema, los nuevos personajes que se incorporan dan nuevos matices a la obra, incluyendo nuevos arquetipos y nuevas problemáticas (como la cuestión de la identidad, de la permanencia o no de un ser, por ejemplo). Además, creo que de esta forma se evita que sea un poco lo mismo (aunque hay una pequeñita parte que sí lo es) y que ayuda a mantener otro ritmo.
En esta parte, a pesar de ser la segunda, que debería darnos un valle narrativo, encontramos una acción que no para y que se intercala con escenas frenéticas. Seguiremos teniendo batallas de naves, pero a estas se añadirán nuevos conflictos de diferentes tipo, de tal manera que la obra mantiene el ritmo muy bien y tiene los sobresaltos muy bien definidos.
Una segunda parte de altura
Normalmente, las segundas partes siempre me cuestan un poco porque suelen ser más llanitas, hay que desarrollar el conflicto y prepararlo para el gran final; sin embargo, en Estelar nos encontramos una segunda parte frenética. El mundo se expande en muchas direcciones, tanto para arriba como para abajo, y nos ofrece nuevos personajes a través de los cuales nos acercamos a temas más complejos y que nos harán reflexionar mucho más.
A esto tenemos que añadir un muy buen ritmo en la trama y en el descubrimiento de la información, con un estilo sencillo y que ayuda al lector a entender las diferentes emociones de los personajes. Las batallas espaciales por su parte no tendrán una narración sobrecargada (como creo que sucedía en el primero), por lo que nos encontramos ante una obra que pocos peros puedo sacarle. Os la recomiendo sin duda. Espero que os guste.

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