Descubrí que éramos un microcosmos del mundo, donde el dolor, la angustia y la preocupación no distinguen de idiomas, razas o credos religiosos. El instinto de sobrevivir, cuidarnos entre nosotros, es más fuerte que nuestras diferencias.
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Descubrí que éramos un microcosmos del mundo, donde el dolor, la angustia y la preocupación no distinguen de idiomas, razas o credos religiosos. El instinto de sobrevivir, cuidarnos entre nosotros, es más fuerte que nuestras diferencias.
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Los bosques de Kamakura tienen una bruma misteriosa. Conforme subes a los templos, parece como si las nubes bajaran para esconder los ojos de los espíritus de la naturaleza que te observan constantemente.
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La ira surge de ideas erróneas sobre el estado de los asuntos y del entorno; la necedad surge de la incapacidad de juzgar lo que es una conducta correcta. |
Cuando tienes el corazón fragmentado en mil pedazos eres como un rompecabezas imposible de armar.
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Todo cambia, todo aparece y desaparece, hay una perfecta tranquilidad cuando uno trasciende tanto la vida como la extinción. |
Imagina que en una licuadora mezclamos una cucharada sopera de desilusión, una pizca de celos, dos tazas de ira y cuatro cucharaditas de nostalgia. Añades hielo para que quede la consistencia de un frapé y este batido es lo único que has probado en las últimas tres semanas.
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En ese momento entendí que la tristeza de saber que los seres que más quieres van a sufrir te produce un dolor que te marca para siempre.
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Muchas veces las historias más increíbles que jamás pensaste vivir no las buscas. Sencillamente te encuentran.
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Gregorio Samsa es un ...