El escupitajo

«El escupitajo» nos habla de Serafina Battaglia, una mujer que en 1963 denunció la existencia de la mafia siciliana, que hasta entonces era un secreto a voces, convirtiéndose en la primera mujer que testificaba contra ella.


Premisa interesantísima. Dime “hechos reales”, “juez”, “mafia”, “testigo” y caigo rendida a tus pies. Los dramas basados en hechos reales con un componente judicial y jurídico importante son mi debilidad.

Nos presenta a un personaje para mí desconocido hasta el momento. Serafina, o Fina, quiso denunciar una organización cuya existencia, hasta ese momento, se seguía negando. No era venganza, no quiso compasión, siempre defendió que ella era tan culpable como los demás.

Ahora bien, ¿qué es lo que ha pasado con este libro de apenas 150 páginas? Que se me ha hecho bola.

La narración me ha parecido algo caótica. Ha habido demasiados momentos en que no me enteraba bien de quién se hablaba, tenía que volver atrás, y se me han escapado muchas cosas, en un libro demasiado breve.

El desarrollo no es para nada lo que esperaba, y no me ha convencido. Sí, nos presenta la vida de Serafina remontándose al principio, sí, nos retrata a Fina y sus relaciones sociales, su estatus, su personalidad… antes de su declaración.

No he llegado a conocer a Serafina. ¿Por qué decidió testificar contra la mafia? ¿Qué pasó después de testificar? Investigando en internet he leído cosas sobre su vida interesantísimas, apenas se ahonda en ello y creo que hubiese sido una bonita forma de hacerle justicia.

Resulta que hay una pequeña nota al final del libro que básicamente advierte de que la historia tiene poco de real, y esto me ha terminado de rematar, porque yo quería conocer las peripecias judiciales de Serafina Battaglia.


En definitiva, tenía todos los elementos, pero no ha sido para mí.

No hay spoiler posible. Desde el principio sabemos que el libro nos va a contar la historia de Serafina Battaglia una mujer siciliana que se atrevió a alzar la voz contra la mafia en la década de los 60. Lo que la empuja a hacerlo es hacer justicia a los asesinatos de su marido e hijo, envueltos en una pelea de mafias.
Fina, una mujer que quiso vivir su vida a su manera, ser libre a pesar de la familia, la religión y la sociedad. Una mujer que no se conformaba pero que tampoco escapaba por completo del peso de la tradición.
Y, lo que más me ha gustado, una mujer tan inocente e indefensa como culpable y luchadora.

La autora, una abogada italiana, aprovecha la historia para hacer un retrato de la crudeza y la dificultad que suponía la convivencia en Sicilia en pleno apogeo de la mafia.

Muy interesante y bien contado, es un episodio que no debe caer en el olvido. Cuando poco más puedes perder, un pequeño gesto es capaz de darte todo el poder que necesitas.

Un marido y un hijo asesinados en veinticuatro meses son motivo más que justificado para que una esposa y madre italiana cuente aquello que las hembras de la casa siempre han sabido. Para que ponga patas arriba al mundo de la mafia, al Estado y a la mismísima iglesia.

Eso es lo que hizo Serafina Batagglia después de perder a su familia, plantarse ante un tribunal y hablar sin tapujos de ese mundo que había acabado con el suyo, convirtiéndose así en la primera mujer en testificar en contra de la Cosa Nostra. Madre coraje y feroz testigo dio nombres y apellidos, desveló todos los delitos a base de fuerza, desprecio, sarcasmo y oportunos escupitajos.

Las palabras de quién ya no tiene nada que perder hechas literatura. Una breve historia cargada de crudeza a raíz de una entrevista que la protagonista concedió a la RAI a finales de los sesenta.