Los muertos no pagan IVA

En esta nueva aventura, nos sitúa a Parabellum tras un caso de robos de reliquias en un monasterio. Encontrarte con un Golem no es nada fácil, así que decide tomarse después unas merecidas vacaciones, pero antes hace una parada en Madrid.

Lo que hasta ahora desconociamos, es que Madrid no era sólo una ciudad más. Es donde Verónica Guerra pasó su infancia y adolescencia, así que esta parada supondrá el reencuentro con viejos amigos, frecuentar el bar donde se comen las mejores croquetas, pero también, lidiar con licántropos, zombies, inmobiliarias fraudulentas y , sobretodo, con lo que más le hace cuesta arriba, ¡su madre!

Durante su estancia en Madrid, no sólo descubriremos el parte del pasado familiar de Verónica, sino que la implicarán en un nuevo caso de investigación que estará relacionado con las reliquias del monasterio.

Si en la anterior novela, dejamos a Verónica enganchada a la ambrosía y sin novio, en esta segunda entrega, no será para menos. La diversión está asegurada y más cuando una de sus preocupaciones suponen como lidiar su vida profesional con su vida normal. - y hasta familiar.

Tenemos un abanico de personajes nada despreciables. Desde el padre Canastos que trabaja casi al filo de la religión para hacer su trabajo y tendrá que lidiar con una monja bruja. Rai, del bar de casa Raimundita, que prepara las mejores croquetas, Axel el amigo poohka universitario de Verónica, el agente MJ Lara un oficial policía que le será de ayuda y, por supuesto, la sorprendente madre de nuestra protagonista.

El estilo del autor es ágil y dinámica. La lectura es voraz, no puedes dejar de parar. Si ya me tenía convencida con su anterior obra, con esta sólo me hace más que confirmarlo.

No sólo nos encontraremos con seres nuevos sobrenaturales como brujas, phooka, licántropos, gamusinos, demonios, monjas, curas - ¡con la iglesia hemos topado!- y muertos por supuesto, todo ello conjugado con un nuevo caso de investigación con giros inesperados que sorprenden.

Porque esta novela en sí, es una caja de sorpresas donde nunca sabes por dónde te va salir las peripecias del personaje de Verónica, alias Parabellum

En definitiva Los muertos no pagan IVA es una novela de fantasía paranormal, que mezcla el humor con la investigación policial. Si os gustó la primera parte, no os podéis perder esta novela. Para quién no lo haya leído a hacerlo, os animo a leerla porque no os defraudará.
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Los muertos no pagan IVA es una novela que te saca la sonrisa por lo desquiciado que se presenta todo lo malo que conoces. El único pero que le saco es que, aunque te va gustando todo el rato y lo disfrutas, y te diviertes, parece que no se acaba nunca. Es contundente.
Sin embargo, al final los zombis no somos sino nosotros, las expropiaciones no son otra cosa que los desahucios y los problemas que tiene Verónica (chicos, obsesión por el trabajo, relaciones familiares) son los problemas que encontramos nosotros cada día. A ello le añadimos una trama y una investigación que se va forjando a paso lento pero firme y unos personajes con un carácter fuerte, creíble, con su punto canalla y su tontería en la lengua. Una novela para reírse en la cara de la realidad.

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Antes que nada, os comento que mucha gente, incluido el propio autor, ha expresado que esta segunda parte se puede leer antes que la primera y de forma independiente. Yo os recomiendo que leáis los libros en orden, porque aunque el caso a investigar sea otro, se mencionan sucesos y personajes que aparecen en el primer libro que si no conocéis, os vais a perder un poco en algún que otro comentario o dato. Además, el problemilla de la protagonista con los caramelos que toma, tiene su origen en la primera parte. Así que, de verdad, si os llama la historia, leedla desde el principio. Os vais a ahorrar perderos en algunas cosas, conoceréis todos los detalles y seguramente disfrutéis al máximo de ambos libros.
El libro empieza ya con mucha acción, estamos metidos de lleno en una persecución, en este caso es Verónica la que está a la caza de un gigante, por encargo de la Iglesia. Pero lo que a priori parece muy simple, va a desembocar en una serie de sucesos más relacionados de lo que pensamos, que nos mostrará una trama mucho más grande y un caso más complejo. Creo que esta parte me ha gustado más, porque el caso a investigar me ha interesado desde el primer momento. Además, me ha encantado la combinación de criaturas con las que contamos en esta novela: mujeres lobo, fantasmas, zombis... Incluso alguna criatura de la mitología celta. Ya en la reseña del libro anterior os dije que el autor introducía tal cantidad de seres que ya te crees todo lo que te encuentras, puesto que todos conviven en un mismo mundo, así que en esta parte vamos a tener otro tipo de criaturas, y me encanta. También me gustó mucho el tema de las líneas de Ley, la conexión de los seres con ellas y las maniobras de la Iglesia para aprovechar ese efecto. Como veis, no profundizo en explicaciones, porque serían spoilers gordos. Y si os estáis preguntando por si la novela engancha, sí, lo hace. Yo me enganché desde el principio, porque no paran de suceder cosas, es un no parar de descubrimientos, nuevos seres, sorpresas, etc.
Por cierto, este libro no se desarrolla en Barcelona, sino en Madrid. de ahí que la mayoría de personajes sean absolutamente nuevos. El motivo del cambio de ciudad es que Verónica se toma unas "vacaciones" en Madrid y ver a su madre, aunque de vacaciones terminan teniendo poco, ya que el trabajo la persigue.
Verónica en este libro me ha gustado más, si cabe. Me gusta mucho que sea normal, no perfecta, como tenemos en la mayoría de los libros. Además, en este libro es más humana todavía, ya que refleja un problema muy humano: la adicción. Verla así, tan dependiente, da mucha pena y también ver la evolución de sus pensamientos, rollo: tan mal no estoy, no estoy enganchada, poco a poco me estoy desenganchando... Hasta que después de que mucha gente se lo diga y ella misma vea el deterioro de sus energías y de su físico, se da cuenta de la trascendencia del problema. Me ha gustado mucho ver también la distinción que hace entre ella misma y su yo detective, Parabellum. Los separa como si de dos personas se tratara y actúa dependiendo del papel que tome. Creo que eso es un error porque la lleva a separar sus dos vidas y eso conlleva mentir y alejar a la gente que le importa. Eso sí, ya os digo que seguirá igual de guerrera que siempre, no esperaba menos. A su vez, ahondaremos más en sus sentimientos, en cómo afronta el conocer a gente nueva, y también en la relación que tiene con su familia.
Hablando de familia, en esta entrega como nuevo personaje contamos con la madre de Verónica. ¡Qué gran aportación! Es tan diferente y a la vez tan igual a su hija. Parece una mujer dura de roer, pero tiene su corazoncito y quiere más a su hija de lo que demuestra. Da sus consejos, es un tanto estricta y al principio para un tanto borde, pero lo único que intenta es que su hija no cometa los errores que cometió ella misma, o peor, su ex marido. Me ha gustado mucho saber más de la historia de Verónica desde el punto familiar.
Como otros personajes importantes tendremos a Axel, que es una criatura celta que ayudará a Verónica, tanto en el plano sentimental como en el de patear a los enemigos. Axel es un personaje que me gustó desde que apareció, tiene algo que hace que queramos saber más sobre él. También contaremos con Emejota (no supero que lo llamen así, en vez de MJ), un poli que está cañón pero que es un poco inseguro y tímido, que también tendrá sus escenas importantes.
Otros personajes que me gustaron fueron la hermana Carolina, Rai y también nos reencontramos con Ari, la amiga médium de Verónica. Eso sí, reconozco que he echado en falta personajes que aparecían en el libro anterior, en especial a Antón, al guerrero nórdico o a Sofía, pero tengo la esperanza de volver a saber de ellos en la tercera entrega, que seguramente vuelva a estar ambientada en Barcelona, que es donde Verónica tiene su despacho. Por cierto, al final del primer libro os dije que me quedé con muchas ganas de saber más sobre El Negociante. En este libro parece que no va a aparecer y que se han olvidado de él, pero creedme, no es así. Sabremos más cosas de las que esperamos, todo a su debido tiempo.
Si del libro predecesor me sobró un poco la parte romántica, en este me ha gustado. Está en un claro segundo plano, como debe ser en este tipo de libro, pero en esta novela es necesaria porque es una parte de la vida de Verónica y algo que la ayuda a evolucionar, y que veo que no está metida tan con calzador, sino más justificada. Lo que ocurre, sucede con más naturalidad y está más entrelazado con la trama principal, no como sentí que pasaba en El dios asesinado en el servicio de caballeros.
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