Marina

Conocí la obra de Carlos Ruíz Zafón en mi adolescencia con «Las luces de septiembre». Enseguida quedé prendada de la atmósfera encantada y neblinosa de su historia. Leí más de él, y al tercer libro me di cuenta de que cada libro sucesivo era una especie de reescritura. «La sombra del viento» imprimió sobre dicha historia una pátina de nostalgia que en «Marina» rompe como una ola de mar profundo.

Iba un poco de morros hacia el libro. Os recuerdo que tenéis disponible en esta página de una reseña conjunta de toda la trilogía de la niebla, y mi decepción al darme cuenta de que estaba leyendo la misma historia una y otra vez. Pero quería aprovechar los 30 días gratis de Audible (no, no me pagan por hacerles publicidad) y fue de los pocos audiolibros que me llamó la atención.

El esqueleto de la novela no ha cambiado. Se acerca mucho a la vertiente juvenil, pero creo que el libro está destinado a ese trance tan dolorosamente rápido que es el paso directo a la adultez. Bebe directamente de «Frankenstein o El Moderno Prometeo», con guiños más que evidentes y que, a la par, resultan muy simpáticos. Todo el camino esta asfaltado de ellos, de menos a más. Me ha gustado ir avanzando con la mosca tras la oreja, diciendo “esto me suena de algo”, “¿pero esto no era de Frankenstein?”. Y acabar con la bomba de ciertos personajes que no desvelaré por aquí.
Destila amor por la ciudad de Barcelona por los cuatro costados, aunque más que nada por su ambiente y zonas góticas. Oscar Drai es nuestro narrador y protagonista. Un joven que vive recluido en un internado de corte cristiano que, como todo chaval, se escapa de vez en cuando con ganas de vivir un poco, aunque esas vivencias le conduzcan a los antiguos barrios cargados de historia, tragedias y leyendas.

Así es como conoce a Marina, una chica de pocos pelos en la lengua que vive con su padre en uno de esos viejos caserones abandonados, opulentos de otros tiempos. La amenaza de una enfermedad incurable se cierne sobre ellos, pero eso no impide que enseguida hagan buenas migas con Oscar. Sus vivencias y su relación, son el pilar fuerte de esta novela.

Por otro lado, embebida en esta trama, está “la otra aventura”. Porque de sus excursiones, junto a Marina, Oscar dará con un misterio protegido por muñecos, constructos que cobran vida y que, de saber de ellos de noche, hielan la sangre.

Ambas vivencias se entrelazan, son auténticos polos opuestos la una de la otra a la par que se complementan. Se retroalimentan y dan como resultado un final agridulce, de esos que te rompen el corazón sin mayores giros de tuerca que decirte desde el principio que los finales son inevitables.

En los primeros capítulos del audiolibro se nos advierte. «Marina» no ha recibido un buen trato por parte de las editoriales. Pero la calidad de la narración oral de esta edición es muy cercana a la perfección.
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