No mentirás

Todo comienza cuando Carlos Lorenzo, el protagonista, un abogado  de prestigio en Madrid, muy maniático,  obsesivo por demás, cuadriculado y algo soberbio, recibe una llamada de la policía de un pequeño pueblo Alicantino, en el que le informan que su padre se ha suicidado. Pese a llevar casi 20 años sin hablarse ni saber nada de él, tras dejar a su socia Gala al frente del bufete, decide viajar desde la capital a Mors, que así se llama el pueblo, un lugar “en el que nunca pasa nada “para hacerse cargo del funeral.
Por otro lado tenemos a los inspectores Nicolás Valdés y Alfonso Gutiérrez, que acaban de llegar a la UDEV (Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta) de Alicante a las órdenes de inspector jefe Montalvo. Sera Nicolás quien sea asignado para llevar el caso.

Lo que en un principio es una simple investigación de suicido en “un pueblo en el que nunca pasa nada” y  desde el mismo momento en el que Carlos llega, empieza a descontrolarse: primero, un fotografía y una nota manuscrita de su padre que le llevara a encontrar un mensaje oculto, luego una serie de muertes que además parecen tener conexión entre sí…. Todo parece indicar que un asesino en serie anda suelto por el pueblo.

La investigación  está dividido en dos tramas que se van intercalado y mezclando entre sí. Por un lado tenemos la de Carlos que no sabe si salir corriendo y olvidarse de todo o seguir las pistas e intentar descubrir que está pasando,  porqué y lo más importante: que tiene que ver con él. Y por otro lado, la de la policía, donde veremos cómo Nicolás pese a su inexperiencia intenta encontrar respuestas y adelantarse al asesino, llegando en algunos momentos a sentirse agobiado, sin saber qué hacer, lo que le hará cuestionarse si vale o no para esta profesión y le obligará a enfrentarse a un pasado que aún pesa mucho sobre él.

Estamos ante una novela mitad  thriller, mitad policiaca. Trepidante y adictiva, con un lenguaje directo y coloquial, muy bien hilada con giros totalmente inesperados que te dejan como lector sin saber qué es lo que va a pasar a continuación.

En cuanto a los personajes sólo puedo decir que en mi opinión están muy bien construidos y dotados de personalidades muy creíbles. Cada uno tiene un pasado, una forma de pensar y de actuar  y unas motivaciones.

Con unas descripciones precisas de todos los escenarios, ya sea la  comisaria, la escena de un crimen, la sala de autopsias, las calles del pueblo… Blas Ruiz Grau consigue trasladarnos en cada momento al lugar  y consigue transmitirnos tanto la incertidumbre, como  el miedo, la angustia y la ansiedad de Carlos o la impotencia que siente Nicolás.

¿Y qué decir de la labor de  documentación? Sólo que es impresionante. El autor hace un recorrido por algunos de los más famosos y conocidos criminales en la historia de nuestro país. Se nota además, la pasión que ha puesto en conocer cómo funciona y como es el  verdadero trabajo policía y forense. Lo que ya quedó claro con anterioridad pues es autor de un libro sobre investigación criminal titulado “Que nadie toque nada”.

En resumen  una novela totalmente adictiva,  en la que intriga y  suspense se mantienen constantes hasta el final y ¡¡vaya final!! Ese giro  fui incapaz de verlo venir.  Estoy deseando leer el siguiente libro.