El nombre del viento

Perdí toda la reseña gracias a mis torpes dedos, así que intentaré recordar todo y empezar, otra vez...

Hace muchos años alguien me recomendó este libro. Me hice con él y se quedó en la pila de pendientes, hasta ahora.

Es verdad que El nombre del viento es un libro atípico. Una historia muy intimista y sin el barroquismo al que nos tiene acostumbrado el género.

Nuestro héroe, Kvothe, narra su historia para que un personaje apodado Cronista, escriba esa historia, conocida y desfigurada por muchos. La verdad de este posadero/tabernero misterioso saldrá a la luz para llenar los huecos que ha dejado su leyenda.

Disfruto desde siempre de los libros llenos de batallas, trifulcas, magia y mundos inventados, pero aprecio enormemente que Patrick Rothfuss decidiera dedicar más tiempo a las vísceras y al corazón de sus personajes, que decidiera entregarnos la infancia y juventud de un niño, sí, un niño crack-héroe, pero humano y en constante aprendizaje. Sus emociones, las relaciones que establece, sus tristezas, miedos y alegrías son igual de importantes que lo mágico y lo heroico. Me alegra que Rothfuss tomara esa dirección y espero que la segunda parte de la historia de Kvothe siga por ese camino (se llama El temor de un hombre sabio y ya he comenzado a leerla).

Autores como este me ponen optimista sobre el futuro del género fantástico de corte épico. Es muy positivo buscar otras formas de contar estas historias, nuevas perspectivas que acerquen a más gente y que hagan que invertir el tiempo en leernos estos tochos valga la pena y el esfuerzo.

Ha pasado mucho tiempo desde aquella recomendación sobre la lectura de este libro, pero ha valido la pena empezar en estos días. Ahora sé que habrá siempre un lugar para este autor en mi pequeña biblioteca personal.