Primavera cruel

Situada poco tiempo después que Aguacero, en esta ocasión el inspector Trevejo tiene que investigar el asesinato de un joven en los campos del Pardo. El Gobierno piensa que ha podido ser un intento de asesinato del Generalísimo y, lógicamente, se lo toma con la máxima diligencia. Trevejo pronto se da cuenta de que no ha habido intento de asesinato de Franco y que todo el asunto es más complejo de lo que parecía. El muerto pertenecía a una célula comunista asentada en Madrid y no va a ser el único asesinado. ¿Qué está pasando? La investigación se vislumbra, sin duda alguna, muy complicada

La investigación se inicia en Madrid y continúa en Cataluña, lo que permite al autor hablar de las diferencias entre una zona y otra, del catalanismo y de la forma en la que éste se ve desde Madrid. La ambientación es, sin duda, magnífica. El autor describe la sociedad de la época -años cincuenta- de forma magistral. No han pasado tantos años desde el fin de la guerra civil, el franquismo está en su apogeo, el comunismo es un mal a perseguir con todo el rigor de la fuerza policial, especialmente de la tan temida Brigada Social.

Los personajes están perfectamente perfilados. Especialmente el protagonista, el inspector de la policía Ernesto Trevejo. Un protagonista que me conquistó en “Aguacero” y que me ha hecho mucha ilusión reencontrarme aquí. A Trevejo le conocemos en su faceta meramente laboral, su vida personal no importa. Eso hace que esta sea una serie que no hay por qué empezar obligatoriamente por el principio pues, siendo los casos independientes y no teniendo relevancia la vida personal del protagonista, el orden de los factores en este caso no altera el producto. Trevejo es un policía cínico e irónico, bastante suyo, que se maneja perfectamente en el ambiente que le ha tocado vivir. Cumple las normas pero también se toma sus licencias y si hay que forzar un poco la ley por una causa mayor, pues se hace. Además de protagonista, es también narrador de la historia, por lo que aún nos parecerá más cercano.

Junto a él tendremos un importante elenco de personajes secundarios, la mayoría relacionados con el mundo policial y político, con la aparición estelar de dos mujeres y de un personaje rescatado de “Aguacero”, el encantador Aparecido

Como en “Aguacero”, en la novela hay muchísimo diálogo, más que narración. Y éste -una vez más- es uno de los puntos fuertes de la novela pues muchos de los diálogos no tienen desperdicio; son brillantes, críticos, cínicos, irónicos, magistrales. Además de que le dan bastante agilidad a la trama. Luis Roso hace gala de un estilo muy cuidado, utilizando un vocabulario bastante elaborado y construyendo las frases con muchísima corrección. Pero, al mismo tiempo, estamos ante una novela de muy sencilla y entretenida lectura. El autor se las arregla para mantener la tensión narrativa en todo momento y para ofrecernos alguna sorpresa y giro argumental.


Conclusión final

“Primavera cruel” es una muy buena novela que me ha encantado leer. Con ella Luis Roso, que tanto nos sorprendió con su opera prima, confirma que es un buen autor, cuya carrera hay que seguir muy de cerca. Deseando saber si Trevejo nos volverá a sorprender en una tercera ocasión
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