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Durante la nevada de Luis Roso
Esta es una de las pocas consecuencias positivas que tuvo la dictadura para nuestro oficio: nos enseñó a decir mucho sin decir nada. Y lo que es aún más complicado: a no decir nada aun diciendo mucho
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Calificación promedio: 5 (sobre 39 calificaciones)
/Supongo que algunos poemas y relatos que escribí estando en el bachillerato. De ahí pasé a estudiar filología porque me gustaba escribir.
Es un género que te da seguridad. al tener un molde a seguir, con un crimen y una investigación, no sientes que te arrojas al vacío.
Hacía tiempo que le daba vueltas a escribir una historia ambientada en un pequeño pueblo de montaña, y al trasladarme a Ávila durante un curso escolar vino la inspiración. La nieve, Castilla, Delibes, Machado...
Es un periodista burgués desencantado del comunismo, que seguro que hoy sería un socialdemócrata. Alguien de ideas progresistas, al que le gusta su trabajo, pero no es un héroe ni un duro sabueso. Es un personaje, creo, muy de su época, y en cierto modo un homenaje a la figura del periodista en aquellos años tumultuosos.
Memoria personal, poca, porque yo no viví esa época, y para bien y para mal no la tengo demonizada ni idealizada. Para otros escritores, los años 70 son una época de candor juvenil o rebeldía adolescente, y tienden a retratarla desde sus propios recuerdos. En mi caso, he acudido a otras fuentes distintas de mi memoria, como las hemerotecas, lo que me venía al pelo, puesto que la trama gira en torno al periodismo
.No lo creo. Por ahora todas mis novelas son así: mucho diálogo y acción, descripciones justas y precisas. Diría que es un poco mi estilo.
No sé si para entenderlo, pero al menos para exponerlo. Muchos de los hechos que cuento de pasada, aprovechando que la acción transcurre en un periódico, están hoy olvidados. La Transición fue un período muy complejo y violento a nivel de la calle. Suele olvidársenos porque solo atendemos a la alta política.
Terminando la tercera entrega del inspector Trevejo y una novela sobre un crimen real ocurrido en mi pueblo en 1915.
Los cómics de Mortadelo y Filemón de niño, y ya de mayor yo qué sé, los cuentos de Edgar Allan Poe, por ejemplo.
Borges. Después de él, la nada.
Como he dicho, Poe. Y también algunos relatos de Italo Calvino.
Solo hay tres novelas que haya leído dos veces: El Quijote, El señor de los anillos y El nombre de la rosa.
En busca del tiempo perdido. No encuentro tiempo para hacerlo.
Ninguno. Si un libro llega a ser un clásico, es por algo. Algo tendrá que conectó con la sociedad de su tiempo, aunque hoy nos parezca irrelevante.
La trilogía de la forja de Barea sigue sin recibir el reconocimiento que merece.
«Y en todas partes, necios que no saben de nada disputan de todo». Es de Larra, y define lo que es nuestra sociedad actual, sobre todo Twitter.
Tras alguna lectura fallida, vuelvo a lo seguro y estoy con uno de Lorenzo Silva.
Vamos con la tercera y última entrega de las recomendaciones para el verano. En esta ocasión contamos con Jorge García (comisario de Morella Negra), Sergio Vera Valencia (coordinador de Las Casas Ahorcadas), José Luis Muñoz (comisario de Black Mountain Bossòts), Salvador Gutiérrez Solís (director literario de Cordoblack), Jimena Tierra (comisaria de Galapanoir), Ricardo Bosque (director de Villanoir) y Luis Roso (comisario de Gata Negra).
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Durante la nevada de Luis Roso
Esta es una de las pocas consecuencias positivas que tuvo la dictadura para nuestro oficio: nos enseñó a decir mucho sin decir nada. Y lo que es aún más complicado: a no decir nada aun diciendo mucho
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Durante la nevada de Luis Roso
Parecía obvio que el lugar que ocupaba la efigie del monarca debía de haberlo ocupado hasta hacía muy poco el anterior jefe del Estado. Miguel se preguntó de pronto para cuánta gente aquel intercambio de cromos iba a suponer la única evidencia real, palpable, de que el país había entrado en una nueva etapa. La imagen del rey en los ayuntamientos, los colegios, los sellos y las monedas; el rey expresando buenos deseos en su discurso de Navidad, entregando copas en torneos de fútbol, inaugurando obras públicas. Como si el hueco dejado por el dictador hubiera de rellenarse con otra pieza similar para que el inmueble no se viniera abajo mientras era reformado. Como si el hueco dejado por el dictador en la cabeza de muchos españoles hubiera de rellenarse por otra figura parecida para que estos no perdieran la noción de la realidad y enloquecieran.
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Durante la nevada de Luis Roso
España podía soportar un mal gobierno o que corriera la sangre en las calles: de hecho, llevaba soportando ambas cosas desde hacía un siglo. Pero un fin de semana sin fútbol eran palabras mayores.
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Todos los demonios de Luis Roso
Ni soy James Bond ni estoy al servicio de su majestad. Soy Ernesto Trevejo y estoy al servicio del Generalísimo, que suena bastante peor, pero es lo que hay.
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Durante la nevada de Luis Roso
Después de las casi cuatro décadas con los medios del régimen trasladando a la población una sensación de apatía generalizada, de incertidumbre y estabilidad, la democracia había supuesto una ruptura perceptible, más que en ningún otro ámbito, en el periodismo. La actualidad española parecía desbordarse, incapaz de ser contenida en su totalidad en las páginas de los periódicos, a pesar de que el número de estos hubiera multiplicado. La realidad mutaba con tanta velocidad que no había tiempo de asimilar los cambios, o tan siquiera de dejar constancia de ellos.
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Primavera cruel de Luis Roso
Si de algo me arrepiento es de no haber aprendido a leer mejor y haber leído más cuando mis ojos estaban en condiciones. Pero leo la Biblia de vez en cuando. —Yo la tengo a medias, aunque una vez en misa me contaron el final. —Yo a misa dejé de ir hace tiempo, pero la oigo por la radio algunas mañanas. —¿Usted también? Lo que faltaba. Está la escalera llena de beatas, todo el día escuchando al padre no sé qué y a la hermana no sé cuánto. —Yo lo hago más que nada por purgar algún pecadillo que otro. |
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Primavera cruel de Luis Roso
Yo hace tiempo que me niego a tener tratos con mujeres. Todo lo llevan al terreno del dramatismo. Y encima a veces hasta se enamoran. También algunos hombres se enamoran, pero les amenazas con irte de la lengua y se les pasa. Las mujeres en cambio cuando se enamoran son capaces de enfrentarse al mundo entero. Es por todas esas novelas de amor que leen, que les tiene sorbido el seso.
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Durante la nevada de Luis Roso
Esta es una de las pocas consecuencias positivas que tuvo la dictadura para nuestro oficio: nos enseñó a decir mucho sin decir nada. Y lo que es aún más complicado: a no decir nada aun diciendo mucho. -¿Eso qué significa? - Que hay que confiar la inteligencia y la complicidad del lector para que entienda lo que tú quieres que entienda, ni más ni menos. |
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Primavera cruel de Luis Roso
Ya sabes, perro ladrador, poco mordedor. Pero cuando el perro calla es que está cavilando la mejor manera de arrear el bocado.
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Durante la nevada de Luis Roso
—Tampoco hay por qué pensar tanto. En esta vida muy pocas cosas son blancas o negras. Casi todo es siempre de un tono gris.
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Lleva un nombre femenino que se ha convertido en símbolo de la adolescencia y la picardía