El peligro de estar cuerda

La autora comienza su novela así: "Siempre he sabido que algo no funcionaba bien dentro de mi cabeza". Y así, sin más, empezamos este libro que se mueve entre el ensayo y la ficción con datos científicos y componentes autobiográficos.
En él se indaga los tortuosos caminos que recorre la mente para extraviarse. El cómo ser artista te hace más proclive al desequilibrio mental. La conexión entre la creatividad y la extravagancia.
Séneca decía que ningún genio fue grande sin un toque de locura.

Rosa explora en las enfermedades psíquicas, en el síndrome del impostor, la depresión, la ansiedad, el estrés, los ataques de pánico, la hipersensibilidad, etc.. Y nos descubre que ser raro no es nada raro. de hecho, lo verdaderamente raro es ser "normal".

Son muchos los personajes a los que hace referencia la autora, pero hay tres mujeres a los que les da especial protagonismo. Janet Frame, Sylvia Plath y Emily Dickinson, de quien toma una frase de un verso para dar título a su libro.
Esta novela transita entre transtornos, psicosis y alucinaciones. Y entre otras muchas cosas descubriremos que Kafka masticaba cada vocado 32 veces o que Ágatha Christie urdia sus novelas de misterio en la bañera.

El trabajo de documentación por parte de la autora es sencillamente impresionante.
Descubriremos que más de trescientos millones de personas sufren depresión en el planeta o que cerca de 800.000 personas se suicidan cada año.

Ha sido una lectura asombrosa y enriquecedora. Su narración es impecable. Con un ritmo imparable y sencillo. La prosa sincera e inteligente.

Me ha resultado inquietante y me ha mantenido sin aliento.
Sin duda es una lectura que no voy a parar de recomendar. Simplemente maravilloso.