Federico

Tardará mucho tiempo en nacer, si es que nace, un andaluz tan claro, tan rico de aventura. Yo canto su elegancia con palabras que gimen y recuerdo una brisa triste por los olivos.

Federico era una obra maestra. No ya su teatro o su poesía, sino él. Él era la obra maestra.

Canto a España y la siento hasta la médula, pero antes que esto soy hombre del mundo y hermano de todos.

Ella me ha formado a mí poéticamente y yo le debo todo lo que soy y lo que seré.

La noche que mataron a Federico García Lorca no había luna. Yo, que capitaneo este libro, me he permitido dibujársela, porque el colmo de aquella monstruosidad es que ni siquiera ella estuviera para acompañarlo.

"¿Qué Federico?". ¿Cómo que qué Federico? Federico solo hay uno.

Cuando se hundieron las formas puras
Bajo el cri cri de las margaritas
Comprendí que me habían asesinado
Recorrieron los cafés y los cementerios
Y las iglesias, abrieron los toneles y armarios
Destrozaron tres esqueletos para arrancar sus dientes de oro
Ya no me encontraron
¿No me encontraron?
No, no, no me encontraron
Pero se supo que la sexta luna huyó torrente arriba
y que el mar recordó ¡de pronto!
los nombres de todos sus ahogados.

Como decía Jorge Guillén, cuando se estaba con Federico no hacía ni frío ni calor : hacía Federico.

Yo he nacido poeta y artista como el que nace cojo, como el que nace ciego, como el que nace guapo

Yo he nacido poeta y artista como el que nace cojo, como el que nace ciego, como el que nace guapo.