Garajado

La brutal represión que siguió al golpe de estado fascista en la España del 36 se vivió de forma desigual dependiendo de la zona y del grado de enfrentamientos.
En Canarias al ser un territorio isleño los alzados se hicieron con el control con relativa facilidad, con la misma que dieron inicio a una sanguinaria persecución repleta de penalidades y vejaciones de todo el que pensara diferente a su retrógrado parecer:
“Volvió [el protagonista] a releer el trozo de periódico en el que su hermana le había traído un trozo de pan con queso. Estaba ajado y arrugado, pero se leía perfectamente: "He dicho en ocasiones anteriores que masones, judíos, socialistas, comunistas…, todos los que hasta el momento presente no han abjurado de sus equivocaciones y fatales sentimientos, deben ser fusilados sin piedad, porque así lo exigen la dignidad de nuestros sentimientos, la realidad del momento, la sangre generosa de nuestros hermanos y la lealtad que debemos a nuestro país…”

El hecho de que las Islas sea un territorio fragmentado, físicamente muy abrupto, con muchísima altura, y un desnivel inmenso que da pie a infinidad de barrancos, que junto a su condición volcánica las llena de infinidad de cuevas, dió pie a que fueran muchos los que huyeron y se escondieron al abrazo de la naturaleza para intentar salvar sus vidas, en condiciones más que lamentables.
Éste GARAJADO (ave marina que se ve cerca de las costas) es la historia de un huido, de su pena y sufrimiento, de él y de los suyos, por querer ayudarle, por querer salvarlo, por, simplemente....haberle tocado estar en el lado equivocado de la historia, en el de los perdedores.
Existe en la isla de la Gomera un lenguaje ancestral, que permite a los habitantes de esta pequeña isla comunicarse a través del silbo, y así sortear barrancos, laderas y montañas sin necesidad de desplazamientos durísimos. Durante la represión franquista sirvió para que los huidos consiguieran burlar a los represores llegados de la península y desconocedores del terreno, y poder comunicarse con sus familiares sin que se enteraran los asesinos.

Es una novela muy corta, bien escrita, con retórica, y recursos lingüísticos buscando siempre el sentimiento, lo que a mí parecer lo consigue a medias por el hecho de que todo gire en torno al protagonista principal y sus cavilaciones algo repetitivas, y el que no haya desarrollado algo más a alguno de los personajes secundarios, y como acierto la curiosidad sintáctica de que los diálogos no estén marcados.
Detallitos sin importancia, rallando lo personal, y que no quita su recomendación para los que se quieran acercar a una literatura insular, y conocer algo de un periodo asqueroso de la historia de este país.

Aprovecho la coyuntura para recomendar el libro: "Los milagros prohibidos", de Alexis Ravelo, muy parecido a este, con la misma tesitura, y que lo complementa muy bien.

¡ Hala !, dos reseñas en una 🎉🥳😉