En 1992, Sevilla se convertía en un escaparate al mundo. Tras sanear las cloacas de sus calles, la capital afloraba en un jardín de azahar y progreso, donde las ratas más delincuentes encontraron oscuros rincones para anidar y esperar al gran día: la inauguración de la Expo’92. El evento que haría brillar a la ciudad, abría sus puertas para servir en bandeja a todos los visitantes lo que Sevilla les ofrecía. Entre edificios que pasarían a la historia, Luis Guevara y... >Voir plus