Los lunes en el Ritz

Este libro lo compré porque era barato y el argumento me pareció ameno, así que empecé a leerlo sin ninguna expectativa: nadie me había hablado de él y no conocía a la autora.
La primera escena que narra la autora es un salto temporal a algo que ocurre en la segunda mitad del libro, pero no es el final de la historia ni mucho menos. Esta escena en realidad es la que más te engancha de todo el libro y la culpable de que quieras conocer a todos los personajes que aparecen en él.
No me gustan las reseñas muy largas así que intentaré resumir bastante, la trama del libro no es lo más importante de esta novela, aquí lo que realmente llama la atención es la ambientación y los personajes. La historia de España se va colando entre líneas y casi sin que te des cuenta te muestra una estampa viva del panorama político que sacudía el país antes de la guerra civil.
Otra cosa curiosa es como los protagonistas se diluyen entre los personajes secundarios, todos ellos interesantes y con su propia historia bien definida y bien contada.
Tal vez esté exagerando un poco, pero para alguien que venía sin expectativas ha sido una lectura más que agradable.

PARA QUIEN: Aquellos a los que les guste el género histórico, los libros con protagonistas femeninos de principio del siglo XX y una historia de amor como excusa para tratar otros temas.
LO MEJOR: Que se haya molestado en documentarse y poner productos de belleza y medicamentos que se usaban en ese momento.
LO PEOR: Me pasa a veces con las novelas que transcurren en esta época de la historia, todas se parecen mucho…

Esta novela esta ambientada en Madrid, durante los años 1929 y 1936. Nuestra protagonista en esta historia será Martina Romero, que es la hija de Francisco, director del gran Hotel Ritz de Madrid. Como es de suponer, Francisco es muy protector con su hija, demasiado, pero Martina logra convencerlo para que le deje ir a su primera fiesta en el hotel, donde conocerá a Bosco…
La novela esta dividida en8 capitulos que corresponden a los años que van pasando, comenzando en 1929, y están narrados en tercera persona. Contiene además un prólogo y un epilogo que me encanta por la manera en que cierra toda la historia, y ambos están contados en primera persona por nuestra protagonista.
Hay personajes con los que desde el principio empatizas, como serán todas las compañeras llamadas “Las Damas de la Caridad de San Vicente de Paul”, un grupo de amigas con las que te reiras y también con las que sufrirás un poquito. Pero si, hay que destacar a Martina, porque aunque este super protegida y mimada por su padre, para nada te vas a encontrar con un personaje caprichoso, sino con una adolescente madura que sabe lo que quiere, y que lucha por lo que piensa que es lo mejor,
Una novela de ficción histórica, que recorre la España de la Guerra Civil, que nos habla del amor, de la amistad, de la crudeza de la guerra, traiciones, familia, y sobre mujeres valientes y luchadoras, que no quieren vivir de un hombre sino por ellas mismas.

No solo de novela negra vive una lectora ávida como la que suscribe estas palabras, por eso ya iba siendo hora de salir de mi zona de confort y dedicarle mi tiempo a una historia que se aleja de los crímenes y la sangre. Hoy os traigo mis impresiones sobre "Los lunes en el Ritz", una novela con tintes históricos que focaliza su argumento a primeros del siglo XX, unos años clave y de grandes cambios en la historia de nuestro país.



Madrid, 1929. Aquel era otro lunes más de invierno en los salones del Ritz, un magno edificio mandado construir por el rey Alfonso XIII, quien se empeñó en darle a la capital un hotel digno donde recibir a personajes ilustres, que contaba con lo último en comodidad y se convirtió en uno de los referentes de la vida social y cultural de la época. Allí se encuentran celebrando tertulia una serie de elegantes señoras de la alta sociedad, reconvertidas en damas de la caridad para poner remedio a las injusticias y el hambre del mundo. Habían fundado una asociación con la principal misión de recaudar fondos para la causa del padre Eugenio, un cura capaz de vender su alma al diablo, saltándose las normas, si con ello consigue ayudar a los más necesitados. Entre estas damas se encuentra Martina, una joven con dotes para la pintura e hija de Francisco Romero, el director del Ritz.



Solo faltan un par de días para la gala en honor a dos de los mejores dramaturgos que ha dado el país: los hermanos Antonio y Manuel Machado. Martina está ansiosa por asistir a ese evento al que concurrirá lo más granado de la sociedad de la época. Toda su vida se circunscribe a las cuatro paredes de aquel emblemático edificio, en cuyo último piso tiene la vivienda su familia. Su padre le ha dado permiso para asistir al que será su primer baile y presentación en sociedad, pero durante el acto se produce cierto desencuentro entre ella y Juan Bosco, un talentoso actor de buen porte del que acabará perdidamente enamorada, aunque ella se niegue a admitirlo. Pero el destino será cruel jugando con ellos…



Este será el punto de partida del que Nerea Riesco se sirve para situarnos en el Madrid de los años treinta y, a lo largo de siete años, nos irá revelando una época convulsa y de grandes cambios políticos en un país que se resquebraja interiormente. Rotunda es la ardua labor de documentación llevaba a cabo por la autora y que se materializa al tejer un tapiz elocuente de la atmósfera política, económica y social de aquellos tiempos, mostrando una ciudad llena de contrastes, creando un perfecto retrato, tanto de los suburbios más marginales como de los lugares más selectos de la alta sociedad madrileña. Nos encontramos en una época breve, en la historia de España, llena de oportunidades para las mujeres gracias a la proclamación de la Segunda República española. Un nuevo régimen político que facilitó un contexto social donde se proclamaba la igualdad entre hombres y mujeres, o la primera vez que éstas ejercieron el derecho al sufragio, o la aprobación de la ley de divorcio.



Estamos ante una novela coral y cada personaje será una pieza clave cuya vida irá encajando, poco a poco, hasta formar un complejo puzle que dará sentido a toda la trama. Entre el amplio elenco de personajes los hay tanto reales como de ficción, siendo estos últimos los que van a soportar todo el peso de la trama. Los protagonistas principales están bien construidos y destacan por su complejidad. Entre todos ellos destacará, brillando con luz propia, el de Martina, una criatura silenciosa, observadora y conformista que siempre trató de no incomodar a su padre y nunca comprendió su talante protector. A la que le hubiera gustado nacer hombre para que don Paco Romero estuviera tan orgulloso de ella como lo estaba de su hermano Fran, un tarambana mujeriego y seductor al que le gustaba la farra. Mientras que a su hermano se lo consentía todo, a ella la trataba como un mero objeto decorativo, menospreciando su inteligencia y su don para la pintura. Nunca la valoró en su justa medida por el simple hecho de ser mujer. Pero eso no frenó el espíritu rebelde e inconformista de nuestra protagonista, una muchacha valiente, luchadora y vanguardista, con la sorprendente capacidad de recordar hasta el más mínimo detalle de los cuadros en los que se fijaba, aunque fuera de manera fugaz. Una mujer a la que veremos madurar y darlo todo para hacer realidad sus sueños, mejorando el futuro de los más necesitados. En cuanto al resto de personajes, casi todos están bien dibujados y caracterizados en función del papel, más o menos importante, que desempeñan en el desarrollo de la novela y representan lo más variado de la política, la cultura y la farándula de aquella época.



Nerea Riesco convierte el Ritz en un personaje más de su novela. Un lugar de estrictas normas que impedía el alojamiento a toreros y personajes de la farándula y al que Francisco Romero, hijo de una familia humilde de mineros onubenses, llegó con 19 años. Un joven demasiado sensible e inteligente como para poder disfrutar de la vida que el destino le tenía reservada. Por eso su madre se empeñó en alejarlo de un futuro luctuoso y le buscó un empleo en la capital que lo sumió en un mundo de lujo y elegancia. Toda su vida la ha pasado tras un denso dosel de diplomacia, cortesía y saber estar.



Con un estilo depurado, una prosa cuidada que te envuelve y seduce, un ritmo pausado pero lineal, sin altibajos, y de la mano de un narrador omnisciente, la autora traza una radiografía de la alta sociedad de los años treinta, del lujo y el glamour que hay en torno a este emblemático hotel, pero de puertas afuera se hace patente una realidad contradictoria en la que perseveran las altas tasas de desempleo, el analfabetismo, la insalubridad de la capital, la prostitución y la mendicidad de un pueblo que pasa hambre.



Sintetizando: "Los lunes en el Ritz" es una novela con una excelente contextualización histórica, social y política, que tiene como telón de fondo uno de los hoteles más emblemáticos de España y bajo la que subyacen temas como el engaño, las traiciones, el desprecio o el resentimiento, que nos hace testigos de una bonita historia de amor. Una lectura entretenida y didáctica, que procura ampliar conocimientos de un episodio convulso de nuestra historia y cuenta con una excelente ambientación, por eso la recomiendo.
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La historia transcurre en la España de los años treinta y aunque hay varios personajes el principal es Martina, hija del director del hotel Ritz. Martina y su madre se reúnen con las amigas de su madre todas las tardes de los lunes en el Ritz y junto con un cura hacen obras de caridad.
Me ha parecido que es un buen retrato de la España de los años 30 y de lo que sucedió en esa época y años después con la guerra, aunque de eso no escribe mucho porque ocurre al final del libro.
Me ha encantado Martina, nace privilegiada en una familia con mucho dinero y es todo lo contrario a las chicas ricas de esa época. La encanta el arte y pintar. Durante una fiesta en el Ritz conocerá a Bosco, un joven actor por el que se sentirá muy atraída.
Me ha gustado mucho la historia, esta muy bien escrita y te transporta a esa época con sus riquezas y su pobreza, la iglesia, la política, todo esta muy bien retratado en el libro.

Los lunes en el Ritz nos sitúa en Madrid entre los años 1929 y 1936. La joven Martina Romero con un talento innato para la pintura, es hija de Francisco Romero, el director del ostentoso y gran hotel Ritz de Madrid. Allí se cría junto a su hermano Fran y su madre Eveline. Martina y su madre pertenecen junto a un grupo de mujeres a las Damas de la Caridad de San Vicente de Paúl, que ayudan al padre Eugenio en su incansable labor de socorrer a los más necesitados.
Martina logra convencer a su padre para que le deje asistir a su primera fiesta, la que será su presentación en sociedad. Allí conoce a Bosco, un aspirante a actor, y desde ese momento nada ni nadie conseguirá arrancárselo de su cabeza y de su corazón.

Lo primero que me llamó la atención de la novela fue su preciosa portada y tras leer la sinopsis sabía que tenía que leerla.
La novela está dividida en ocho capítulos y cada uno de ellos es un año, el año en el que se sitúa la trama en ese momento de la lectura. Narrados en tercera persona excepto el prólogo y el epílogo, ya que es la propia Martina la que arranca y pone el broche final a la historia.

Los personajes están perfectamente perfilados y todos tienen un papel destacado en la trama. Es imposible no cogerles cariño a muchos de ellos, especialmente a las Damas de la Caridad de San Vicente de Paúl y al padre Eugenio. Me he reído muchísimo y lo he pasado genial con sus aventuras.
La historia es tan real y la ambientación tan perfecta que logra trasladarte totalmente en el tiempo. Recorreremos cada rincón del Ritz, paseando por sus interminables alfombras o tomando el té en el jardín de invierno. Sin duda, una de las cosas que más me ha gustado es la maravillosa recreación que hace la autora del hotel.
Nerea Riesco nos deleita con una reconstrucción histórica espectacular. Se refleja en cada página el gran trabajo de documentación que hay detrás.

Sin lugar a dudas, recomiendo totalmente esta adictiva y maravillosa novela. Con una narración exquisita y un estilo elegante y cuidado, la autora logra envolver y atrapar al lector. Me ha encantado y he disfrutado de ella de principio a fin. Me ha parecido una novela fascinante con una historia emocionante e inolvidable.
Es la primera novela que leo de Nerea Riesco pero sin duda, no será la última.
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Los lunes en el Ritz nos sumerge en una España que está apunto de entrar en la Segunda República y nos presenta a Martina, una chica de buena posición, cuyo hogar es nada más y nada menos que el famoso Hotel Ritz. La pintura es su pasión y tendrá que luchar para poder expresarse con su arte y ser aceptada, especialmente por su padre, el cual nunca tuvo en sus planes que su niña fuera diferente. de repente conoce a Bosco, un chico que la atrapa, pero las cosas no salen del todo como ella esperaba y tendrá que lidiar con ciertos acontecimientos, tanto personales como propios de su contexto, para salir adelante.

Me ha parecido una lectura muy amena a la vez que didáctica, ya que se aprecia el gran trabajo de documentación e investigación de la autora que hay detrás. de la narración especialmente destaco la forma en la que se fusiona la parte histórica con la ficticia, contando de manera atrayente todos los sucesos y cambios político-sociales de la época; de esta forma se nos destapa una parte de la historia de España de la mano de personajes ficticios entrañables que nos la enseñan. Muchas de las noticias que aparecen a lo largo de la novela sobre hechos y acontecimientos son reales y se expone a la España de alrededor de los años 30 de una forma muy original: su gente, algo de su gastronomía, su religión, su arte (el arte adquiere una nota especial durante toda la novela), las diferencias ideológicas, las clases sociales, la lucha entre las ideologías conservadoras frente a las progresistas y el poder revolucionario de la juventud en la búsqueda de la libertad. También se destaca el papel de mujeres célebres que lucharon por sus derechos y la igualdad (Clara Campoamor, Victoria Kent...) así como algunos hechos que dejaban ver que, ya por aquel entonces, algunas mujeres consiguieron meterse en "cosas de hombres" como la primera mujer taxista o la primera mujer ciclista en participar en un campeonato.

Una novela que recomiendo, la he disfrutado de principio a fin. Y para terminar, decir que tras la lectura y las descripciones que se hacen sobre el Hotel Ritz de esa época es como si hubiese estado allí y deseo regresar a tomarme un té en su Jardín de Invierno...

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La autora se ha documentado muy bien. El libro está muy bien ambientado históricamente hablando. Y sólo por eso se merece que le puntue bien.

Pero tal vez por querer explicar tanto la ambientación y el trasfondo de cada personaje la trama del libro se pierde entre tanto detalle y revuelta. Es como esas personas que para contarte una cosa se va cada dos por tres a explicarte las relaciones, que se va por las ramas. Llega un momento que no sabes de lo que estaba hablando.

Madrid, 1929. Martina Romero es una joven con grandes dotes para la pintura. Siendo tan solo una adolescente ya es capaz de retener en su memoria hasta el más mínimo detalle de obras pictóricas de autores consagrados y reproducirlas con total precisión. Martina es una chica afortunada, no en vano, su padre es el director del mejor hotel de la capital: el Ritz. Allí, en el piso superior de este emblemático establecimiento vive junto a su familia: Francisco Romero, su padre; Eveline, su madre; y Fran, su hermano mayor. Ella se está convirtiendo en toda una mujer y, aunque su padre la sigue viendo como una niña, necesita aventuras.

La representación con la que se conmemora una conocidísima obra de los hermanos Machado en el Ritz será la excusa perfecta para que Francisco Romero acceda, por fin, a los deseos de su hija, y le permita acudir a su primer baile; un evento que atraerá no solo a grandes personalidades del arte y la cultura sino también a lo más granado de la sociedad madrileña. Y será allí donde, con su torpeza e inexperiencia y en una situación un tanto comprometida, conozca a Bosco, un alegre joven, aspirante a actor del que, pese a la incomodidad que le produce ese primer encuentro, quedará prendada.

Este baile es el punto de partida para presentarnos a uno de los grandes protagonistas de esta historia, el Ritz. Un hotel del que conoceremos hasta el más mínimo detalle: sus salones, su jardín de invierno, sus suites, sus alfombras, sus estrictas normas…, pero no solo sabremos de lo relativo al glamour y a lo que a los ojos de cuantos lo visitaban significaba aquel lugar sino que también seremos testigos de como se desenvolvía la vida de una familia allí, de puertas para adentro y, sobre todo, del esfuerzo y dedicación que exigía por parte de la dirección cumplir con las expectativas de sus exclusivos clientes; un trabajo cuyo máximo responsable era Francisco Romero, un hombre procedente de una familia humilde, que supo aprovechar la oportunidad que le presentó la vida y luchó, a su manera, por mantener el estatus de su familia.

También supondrá el baile el camino de Martina hacia su madurez, hacia un mundo nuevo por descubrir, a través del que iremos conociendo una bella historia de amor, que la autora nos muestra bajo el cuidado tapiz de una España convulsa a nivel político. Con las huellas de una dictadura y a las puertas de la proclamación de la Segunda República, Los lunes en el Ritz nos muestra un país lleno de contrastes donde predominan la inestabilidad política, el descontento general, las revueltas populares, una ola de violencia anticlerical y unas diferencias sociales que solo alcanzamos a atisbar cuando, traspasando las puertas de ese maravilloso hotel, nos adentremos en los barrios más desfavorecidos.

Martina va a ser la gran protagonista de una novela que podríamos clasificar casi de coral. Será ella la que en primera persona rememore, a raíz de una publicación del año 1975 en París, la que fue su vida y la de su familia muchos años atrás en Madrid, entre 1929 y la Guerra Civil española. Aunque el prólogo y el epílogo de la novela están narrados en primera persona por ella, será un narrador omnisciente el que nos lleve a recorrer el resto de una historia, que avanza a buen ritmo y en la que la autora vuelve a demostrar no solo que es una gran narradora, habiendo conseguido, tras lo que se adivina una ardua labor documental, plasmar una magnífica ambientación de la época sin abrumar al lector con datos innecesarios y lograr una historia fluida sino hacerlo, además, con esa prosa elegante y envolvente que la caracteriza, y que enriquece la lectura.

Un amplio elenco de personajes, que giran en torno a Martina, harán de esta una de esas historias inolvidables. Lejos de lo que pueda parecer, no vamos a conocer a una joven mimada, caprichosa e inconsciente sino a una adolescente con una madurez impropia de su edad que, luchó firmemente por sus ideales y tuvo una actitud de lo más generosa con los más necesitados. Junto a su madre, Eveline y dos íntimas amigas de esta, Piluca y Tatita, integrantes de las Damas de la Caridad de San Vicente de Paul, se pondrá al servicio del padre Eugenio, llevando a cabo una labor encomiable con los más desfavorecidos. Imposible no mencionar a la dulce Eveline, una mujer albina, que a pesar de no haber tenido una vida fácil, ha sabido hacerse valer y formar una preciosa familia. O a Piluca, un personaje lleno de complejidad, que pudiera ser el referente de muchas otras mujeres de una época en la que tener una buena posición social o haber logrado un buen matrimonio no era garantía de felicidad.

Los lunes en el Ritz es una novela de ficción histórica maravillosa que nos habla de amor, amistad, dolor, traición, desigualdad de oportunidades, de una iglesia involucrada con el pueblo, de los lazos familiares, de los derechos de la mujer, pero sobre todo es una historia sobre mujeres valientes, luchadoras, y muy comprometidas, que en vez de vivir como meros floreros, arriesgaron todo cuanto tenían por la defensa de sus ideales.
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