Robert Svenson sale del psiquiátrico donde estaba interno y va a vivir con su hermana a la casa donde crecieron. Los hermanos dedican los días a intentar arreglar su relación y, para ello, Robert debe contarle cómo acabo ingresado, hablándole de Wody y de la canción maldita que se empeña en que Robert toque al piano... Con esta premisa nos vamos adentrando poco a poco en una historia de terror que pone la piel de gallina. Seguimos la trama desde el punto de vista de Robert, que nos va desvelando cosas sobre Wody al mismo tiempo que decide contárselo a su hermana, aunque a nosotros nos da más información. Y lo cierto es que atrapa, porque quieres que Robert siga contando la historia y llegar a saber cómo aparece Wody y de qué se trata todo el tema de la canción maldita que se niega a interpretar. Lo que más me ha gustado de esta historia son los momentos oscuros y de terror del relato de Robert, donde vemos de lo que es capaz un ser tan oscuro como el que puebla su mente y los sucesos que le terminan llevando a dónde está. Pero debo poner una pega. El autor nos da mucha información sobre distintos aspectos de la vida de Robert, como es el tema de la música y el piano pero, a mi parecer, la información es excesiva y a mí, personalmente, me sacaba un poco de la trama cada vez que se paraba a informarnos sobre las notas musicales o el funcionamiento del piano. Aunque para algún apasionado de estos temas debe ser un gusto sumergirse en estas explicaciones, para alguien como yo, que no sabe nada de música, me resultaba demasiada información que cortaba el relato de terror. Aún así, he disfrutado mucho de la historia y cuando se centra en la trama, atrapa muchísimo. En general, una historia de terror llena de momentos oscuros y perturbadores con una trama que atrapa y que disfrutarán los amantes del terror y de la música. + Leer más |