Una promesa de juventud

Es una historia con dos hilos temporales, que arranca en 1977 con Caroline Eccleston buscando información para su tesis sobre cómo vivieron el comienzo de la Segunda Guerra Mundial en los internados suizos y en concreto el St. Ursula, un colegio femenino muy distinguido que cerró y del que no se sabe el motivo.
Su investigación la llevará hasta Charlotte Geiger, una antigua alumna, que será la que le cuente lo que ocurrió a partir de 1939.
La trama se centra en la vida de las alumnas y profesoras del colegio, personas de distintos países, religiones e ideas políticas y su convivencia en el internado ante el estallido de la guerra.
Y casi al lado de St. Ursula, se encuentra el colegio masculino Sankt Johann, donde alumnos y profesores también tienen un peso importante en la trama, y casi diría que comparten protagonismo.
Es una novela con muchos personajes, historias y subtramas. Aparte del misterio del cierre del colegio, que es la parte que intenta averiguar Caroline, no se centra en nada en concreto, sino que lo que se narra es la vida en el internado y los problemas de cada uno de los protagonistas durante su estancia allí. He echado en falta un tema más definido para la trama del pasado, algo que me mantuviera pegada a sus páginas.
Es un libro al que le cuesta arrancar, que te perfila y te sitúa tan bien en el lugar que sientes que hasta la mitad realmente no ha pasado nada. Cuando ya se van descubriendo más datos y el estallido de la guerra está presente es realmente cuando he mantenido más el interés.
El misterio de los cuadros relacionados con Caroline no me ha cuadrado con el fin de la trama, pero es un detalle sin importancia en una novela tan extensa.
Sí que me ha gustado el epílogo, a pesar de ser corto, sobre uno de los personajes, y entiendo que la autora ha querido dejar algo a la imaginación en la novela.
Tengo que destacar la ambientación que me ha parecido magnífica y la idea de ver la Segunda Guerra Mundial desde un punto de vista sobre el que nunca había leído.
¿Me ha gustado? Sí, aunque no tanto como esperaba tras haberme conquistado con Papel y tinta.