Cien razones para odiarte

Tú llegaste sin avisar como una tormenta tropical y atrapaste mi corazón sin que me diera tiempo a resguardarme

Y así fue como mi globo explotó en mil pedazos. Porque eso es lo que pasa cuando no sujetas la cuerda: sin que te des cuenta se te escapa entre los dedos.

te asusta que esto pase, pero tu y yo somos inevitables

- […] Te asusta que esto pase, pero tú y yo somos inevitables.

Muchas veces me he planteado lo distinto que habría sido todo si en ese momento no hubiera estado muerta de miedo.

Por favor, no dejes que el miedo sea mayor que lo que sientes. Arrepiéntete de intentarlo. Porque, si no lo intentas, el miedo habrá ganado. En cambio, si te arriesgas y lo intentas, no importa el resultado porque habrás ganado tú.