La cara norte del corazón

La cara norte del corazón es una precuela de la trilogía del Baztán. En este tomo tenemos a una joven sub inspectora de la policía española, Amaïa Salazar, en formación en Quántico (FBI) en perfilación criminal.
Por fin tengo explicaciones de la extraña relación entre Amaïa Salazar y el inspector del FBI, Aloisius Dupree quien surgía en la trilogía y desaparecía, sin ninguna lógica. Salazar lo llamaba por teléfono cada vez que tenía un problema serio.

El título del libro tiene que ver con el órgano-corazón porque el inspector Dupree sufrirá una crisis cardíaca durante la encuesta, de puro pavor.

Por qué la autora publica este tomo después de la trilogía? En condiciones que esclarece muchas cosas. Personalmente pienso que no hubiese podido llamar trilogía a sus libros sobre el Baztán, ni tampoco cuadrilogía porque este tomo sucede en EEUU y no tiene nada que ver con la fascinante historía vasca.

Ahora entiendo cómo Salazar pudo ser acogida tan bien por el FBI. Ella tenía brillantes estudios universitarios de la universidad de Loyola, Boston; lo que supone el perfecto dominio del inglés. Además es una joven hermosa, brillante, intuitiva. La escritora insiste sobre el físico llamativo de Amaïa Salazar sin nunca dar el detalle minucioso de su aspecto físico (sabemos que es alta y delgada), como si quisiera echar a volar la imaginación del lector para que cada cual forme su propio avatar.
Encontré también que la personalidad de la sub inspectora era algo diferente con respecto a la que demuestra en Elizondo; esta vez la sentí más arrogante y orgullosa, más temperamental y determinada. Como si el regreso al terruño natal la apocara un poco, la infantilizara mucho. Teniendo cuenta del contexto personal de la inspectora en Elizondo, un contexto absolutamente horroroso, se entiende.

Amaïa en Quantico se desempeña tan bien que el mejor inspector en Investigación la destaca del lote, en un momento en que FBI trabaja en la elucidación de un caso de asesino serial que se ataca a familias enteras desde hace años, sin que logren atraparlo. Aparentemente el asesino comete sus fechorías en medio de fenómenos naturales de envergadura, cuando impera el caos total.
Cuando se anuncia la tormenta Katrina en 2005, que asolará Nueva Orleans, todos saben que el asesino no perderá esta oportunidad para actuar y un equipo completo se dirige, con Dupree a la cabeza y Salazar, enrolada como agente temporario.
El descriptivo del pasaje del huracán deja sin aliento, es alucinante. Yo supe en aquel entonces que fue apocalíptico, pero nunca imaginé leer detalles tan escabrosos. Los refuerzos tardaron 4 días en llegar a una ciudad que no conocía ley (o tenía la ley de la jungla): crímenes, violaciones, hambruna, asesinatos (otros que el caso que nos interesa), heridos y enfermos a granel, etc, sin posibilidad de atención médica.
Sabremos que el agente Dupree es originario de Nueva Orleans y que a la par de Amaïa Salazar, tiene una cuenta pesada con su pasado. En esta región también existen mitos y leyendas que influyen en las mentalidades.

Amaïa estará en primera plana con la captura del asesino, hasta el desenlace final.

Dolores Redondo se habría inspirado del caso real de John List, un asesino de familias que tardaron 18 años en apresar. La escritora reconoce también haber tenido conocimiento del caso similar ocurrido en Francia, el caso de Xavier Dupont de Ligonnès.
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