Esperando al diluvio

Ultima novela de la autora donostiarra muy a la altura del resto de sus obras. Estilo propio, adictivo, bien documentada, trama bien perfilada y personajes con ese imán emocional que les suele caracterizar. Totalmente al margen de la trilogía del Baztán y sus otras dos novelas con Escocia y sobre todo el Bilbao de 1983 con sus riadas impresionantes como protagonistas.

Un asesino y violador en serie que deja nítidos rastros de sus crímenes por Gran Bretaña pero a quien la policía británica le trae por la calle de la amargura acaba en la capital vizcaína donde prosigue con su periplo criminal aprovechando el ambiente festivo de la semana grande bilbaína en pleno agosto de 1983.

Un agente encargado del seguimiento de los crimenes por Escocia e Irlanda y a puertas de la muerte sigue la pista del asesino hasta Bilbao. Allí vive varias luchas, internas, personales, por amor, en plena investigación colaborando con él un Ertzaintza novel, de la primera promoción de un recien estrenado cuerpo policial. Sin obviar la descripción perfecta del comportamiento del asesino, su modus operandi y como su historia de vida le lleva a tomar ese tipo de decisiones.

En una Euskadi en la que Eta estaba en pleno auge y en el grupo IRA tambien aporta su granito de arena en pleno conflicto. Las ambientaciones son de mucho nivel, como une los dos entornos a nivel físico, medioambiental y con los protagonistas perfectamente anexionados a los dos contextos.

Un repaso histórico a un época convulsa en el que las trágicas horas que vivieron en la zona con las inundaciones trágicas de aquel año son una protagonista mas.

Personajes perfectamente perfilados y anclados en la trama con su estilo propio, con esa presencia latente del mal en el ser humano, la autora me ha vuelto a hacer devorar sus páginas. Sin olvidar sus conexiones con el mundo místico que nunca faltan y ese grito a la esperanza cuando creemos que todo solo puede ir a peor.