Esperando al diluvio

Dolores Redondo se define a sí misma como una escritora de tormentas. La lluvia ha estado muy presente en toda su obra, y en este “Esperando al diluvio” juega un papel primordial, al ambientar la acción en el Bilbao de 1983, cuando la ciudad sufrió una tormenta que provocó una gran riada que arrasó con todo, obligándola a sobreponerse al desastre y empezar de cero. Pero Dolores Redondo no escribe solo sobre las tormentas exteriores, lo hace también sobre las interiores, creando dos personajes protagonistas que viven atormentados, uno por su pasado y el otro por su presente.

“Esperando al diluvio” parte de unos hechos reales. A finales de los años 60, un asesino en serie no identificado al que se llamó John Biblia, mató a varias mujeres en Glasgow, desapareciendo después sin dejar rastro. La novela plantea una hipotética huida del asesino a Bilbao, ciudad a la que le seguirá Noah Scott Sherrington, un policía escocés con graves problemas de salud para tratar de darle caza.

Alejándose un poco de lo que había publicado hasta ahora, “Esperando al diluvio” es una interesante mezcla de novela negra con novela histórica, que nos traslada al Bilbao industrial de los años 80, una ciudad oscura, contaminada, que poco tiene que ver con la ciudad que es hoy en día. Con una extraordinaria labor de documentación detrás, la autora consigue crear un ambiente opresivo, uniendo a la caza del asesino y la preocupación por el estado de salud de Noah, el clima de tensión social que imperaba en la ciudad en esa época (ETA, el IRA y las posibles relaciones entre ambas organizaciones, los inicios de la Ertaintza…). Los avances experimentados por el mundo de la criminología o la cardiología es otro de los aspectos en los que se demuestra el gran trabajo realizado en cuanto a documentación se refiere.

En ocasiones, este pequeño exceso de información hace que el ritmo resulte un poco irregular, ralentizándose la lectura, lo que no me supuso ningún problema, ya que se ve de sobra compensado por lo bien escrito que está, porque si hay algo que no se le puede negar a Dolores Redondo es que escribe muy bien.

Entre los aspectos a destacar de la historia están el interesante perfil psicológico que traza de John Biblia; la angustia que consigue generar en el lector al hablar de las inundaciones que asolaron la ciudad, haciéndote sentir testigo directo de la devastación; y la amistad que establece Noah con Lizarso, Rafa y su perra Euri, amistad que será central en alguno de los momentos más emotivos de la novela. El final…ay, el final…Es de esos que duelen en lo más hondo, pero aún así dejan un poso de esperanza.

Como nota no tan positiva, el romance instantáneo que aparece prácticamente de la nada de un capítulo a otro y que me resultó un poco forzado.

A pesar de no ser una historia repleta de giros y acción, consigue enganchar gracias a unos personajes perfectamente definidos y una magnífica ambientación.