Un tío con una bolsa en la cabeza

“Yo seré un cabrón, pero, por lo menos, sé de dónde vengo. No lo oculto. Lo llevo con orgullo. Soy Gabriel Sánchez Santana, el hijo de Juan el Albañil. Y a mucha honra.” ~ Un tío con una bolsa en la cabeza de Alexis Ravelo.

Gabriel se despierta y se encuentra en su casa atado y con una bolsa en la cabeza. Desde ese momento sabe que su final es muerte por asfixia así que comienza un diálogo interior para descubrir quién ha querido asesinarlo. En ese diálogo, que se convierte en el monólogo que describe toda la historia, Gabriel recuerda su vida.

Conocido como Gabrielo para sus amigos, Gabriel es el alcalde de San Expósito, un pueblo de Gran Canarias. Analiza quién de sus enemigos, bastantes considerando que ha sido un alcalde corrupto, ha podido encargar su asesinato; pero también quién entre los que él consideraba amigos.

En su monólogo habla de los chanchullos de la política y de los medios de comunicación, de la ambición sin limites, de la falta de escrúpulos pero no es una narrativa entonando un “mea culpa”, todo lo contrario, tampoco es un libro denuncia; es un relato continuo de una realidad. Y quizá ahí está la parte más dura de la historia: esa aceptación misma de la corrupción política sin necesidad de ser justificada ni de sentir arrepentimiento.

Tenía curiosidad por leer algo de este autor y me ha gustado mucho su estilo. Las tramas políticas no son mis preferidas pero en este caso lo he llevado bastante bien porque el autor va enlazando la historia con aspectos personales de la vida del protagonista que, por cierto, me ha caído como un tiro.

No me parece fácil describir la historia solo en monólogo y que se haga llevadera y sobre todo no me parece nada fácil meterse en la piel de semejante personaje que tiene todos los defectos más irritantes del planeta. Es un libro corto, menos de 200 páginas, que se lee muy bien y que te va enganchando los capítulos uno tras otro sin que te des cuenta. Seguiré leyendo algo más de este autor.