El vizconde que me amó

Julia Quinn no decepciona con esta segunda entrega, ahora ha tocado el turno de Anthony Bridgerton el heredero y hermano mayor de esta gran familia.
Me he divertido leyendo esta historia, no voy a mentirles es un cliché de esos enormes, un vizconde, rico, guapo y mujeriego, con una chica con más personalidad que belleza, inteligente y de pocos recursos, si ajá, vamos a poner los ojos en blanco, pero ¿saben qué? Funciona y lo hace de una manera muy amena, por muy cliché que sea la historia y no lo digo solo en el sentido de los protagonistas porque cuando lo lean se darán cuenta que de principio a fin es una historia como muchas otras, pero tiene una diferencia, la forma en que está contada, es divertida, es entretenida, tiene esa manera super relajada de irnos contando todo que se hace muy sencillo de leer y de, por supuesto que sí, enamorarnos de los personajes, pero también de divertirnos en el proceso con algunos toques de humor.
No voy a negarlo, me muero por saber quien es la periodista, en este libro la autora nos hace un pequeño guiño al final a modo de pista, ya lo iremos descartando, por lo pronto creo que mis primeras dos opciones estaban equivocadas.
Me ha parecido muy curiosa la nota final de la autora, creo que es la primera vez que me encuentro con algo así, sobre todo en un libro de este corte, no he comprendido del todo su necesidad de explicarse, aunque realmente se agradece que se tomara la molestia, pero como yo soy de las que opina que el autor es dueño de su libertad creativa lo he sentido un poco innecesario.
Por lo demás, seguiré con la serie, porque definitivamente me gusta mucho como escribe está escritora y le estoy agarrando cariño a los personajes.