El duque y yo

Lo reconozco, yo también he caído en la fiebre Bridgerton. Y parte de esa culpa la tiene Netflix, porque si no hubiesen estrenado la serie seguramente seguiría sin animarme a leer estos libros.
Y es que a mí me encanta la romántica histórica, pero es cierto que son pocas, muy pocas, las autoras que consiguen convencerme ya que siempre me da la sensación de que estoy leyendo una novela erótica ambientada en otra época.
De Julia Quinn había leído maravillas, pero ahí estaban las dudas. Hasta que vi el trailer de la serie.
Me propuse leerlo antes de que se estrenara la serie para así poder ir comparando y viendo las diferencias, pero descubrí un libro que tiene todo lo que buscaba en una novela de este género. Tanto lo disfruté (al igual que la serie) que ya he leído el segundo y me he hecho con varios más.

Londres, 1813. Ya hace dos años que se presentó en sociedad a Daphne Bridgerton, la cuarta de los ocho hijos de la vizcondesa y, a pesar de haber tenido a varios pretendientes, ninguno ha terminado en proposición, así que la presión para que encuentre un marido es cada vez mayor.
Simon Hastings ha vuelto a la ciudad después de varios años viajando por el mundo. La vida y pasado del duque es todo un misterio, pero es tal la expetación que causa que no para de ser invitado a bailes donde las grandes damas esperan que sus hijas consigan convertirse en su esposa.
Los dos necesitan un descanso de tantas imposiciones, aunque por motivos muy diferentes, así que deciden fingir que están comprotidos.
Lo que ninguno de los dos pensaba es que lo que empezó como una mentira iba a acabar siendo algo mucho más real, pero no lo van a tener nada fácil.

Si hay algo que tienen estos libros es que juega con varios tópicos y en el caso de El duque y yo es el de fingir una relación.
Y aunque sea algo ya muy visto la autora lo hace muy bien. Para empezar porque tiene un principio muy divertido y entretenido, segundo porque no alarga el cliché más de lo necesario y tercero porque al final añade un poco de drama para darle más emoción al asunto.
Y es que a pesar de tener escasas 300 páginas no paran de suceder cosas. Nos da tiempo de conocer a la familia Bridgerton, a algunos hermanos más que a otros claro, de entender el por qué de ese plan, de fangirlear con los dos protagonistas y de ver todo el drama.
Es decir, que a pesar de no ser muy extenso, la autora ha conseguido desarrollar muy bien todos los frentes que ha abierto, con lo que no te quedas con la sensación de que te falta información o profundidad.
Quizá el amor surge un pelín rápido para los que somos fans de los romances que se cuecen a fuego lento, pero no es algo que me haya molestado ni chirriado.

Por otro lado, la ambientación no está mal. Nos metemos de lleno en todas las costumbres y en el modo de vida de la nobleza inglesa: los bailes donde se buscaba marido, el cortejo, los cotilleos, la importancia que le daban a la reputación y al honor, a encontrar un buen marido que pudiera mantener a su mujer e incluso a la familia de ella... Es un poco superficial y simple ya que no se adentra en temas más importantes (diferencias entre clases sociales, situación política o social..), pero cumple con su función de entretener, que es para lo que se ha escrito este libro.
Además, que haya decidido meter extractos de la revista de sociedad de Lady Whistledown, donde se explican todos los cotilleos que van sucediendo en los eventos, al más puro estilo Gossip Girl, y todo el misterio que rodea a su identidad, le da un toque más ligero y divertido.

Hay que tener en cuenta que al desarrollarse en el siglo XIX el papel las mujeres, de la clase alta, se reducía al de ser simplemente esposas y madres y también poder encontrar alguna actitud algo machista (mujeres inocentes que no saben absolutamente nada de sexo, hombres que pueden tener varias amantes y cuya reputación no se ve afectada, las típicas mujeres que llegadas a cierta edad son consideradas solteronas, mientras que no pasa lo mismo con los hombres...), pero no estamos, ni de lejos, ante un amor tóxico, si no todo lo contrario.
Por cierto, tenemos escenas de sexo (una de ellas un poco controvertida que podría dar para un debate), pero bien introducidas en la trama y sin abusar de ellas, cosa que es de agradecer.

El duque y yo ha resultado ser todo lo que esperaba encontrar en una novela romántica histórica: humor, romance, escenas eróticas y todo eso aderazado con un poco de drama.
Todos sabemos cómo terminan estas historias pero el camino para llegar hasta ese final se disfruta muchísimo, se lee casi sin darte cuenta y te deja deseando leer las historias del resto de hermanos.
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