El canto de las montañas

Hace unos meses leí “El canto de las montañas”, un libro muy prometedor que tenía todos los ingredientes para convertirse en una gran lectura, pero no ha sido así.

En primer lugar, aviso de que vais a encontrar aquí una reseña impopular, ya que esta novela se puso de moda en el último #marzoasiatico, y obtuvo grandes elogios. Por eso os animo, si os llama la atención, a leerla y juzgar por vosotros mismos.

Esta novela cuenta la historia de Vietnam durante el siglo XX, a través de una familia, en especial de una mujer a la que seguiremos a lo largo de su vida. Se alternan capítulos contados desde el punto de vista de la abuela y otros en el presente narrados por la nieta.

Por supuesto, la historia de Vietnam durante esos años es muy dura, y lo que me atrajo de este libro fue el poder conocer estos hechos desde una perspectiva vietnamita, y no estadounidense como solemos encontrar. Por desgracia, me ha parecido que la autora ha querido ser muy diplomática con los norteamericanos, a pesar de que estuvieron muchos años en guerra contra su país, y acaba justificándolos en ocasiones, mientras que a otros enemigos los deja como villanos incultos y embrutecidos. Estas simplificaciones no me gustan y es uno de los motivos por los que el libro no me ha convencido.

Pero la razón principal es el drama excesivo buscando la lágrima fácil. Insisto, sé que fue muy duro: guerras, ocupación por parte de diferentes países, reforma agraria, hambrunas… Pero creo que aquí es muy exagerado. En Goodreads, la autora nos dice que se entrevistó con más de 200 familias para documentarse, y eso está genial… si no fuera porque, en lugar de usar esta información para mostrar los horrores de todo un pueblo, lo condensa en una sola persona. Empecé el libro con un nudo en la garganta, incluso lloré, pero conforme avanzaba y veía que absolutamente todo le ocurría a la protagonista, empezó a producirme indiferencia, no me parecía creíble.
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