Roma soy yo

Cuando te metes entre las páginas de Roma soy yo, es imposible dejarlas.
Santiago Posteguillo no decepciona, al menos a mí.
Desde que lo descubrí en la trilogía de Africanus, siempre me ha hecho disfrutar y trasladarme en el tiempo a la antigua Roma.
En esta ocasión, Posteguillo, aunque también nos narra batallas, algo normal si tenemos en cuenta que los romanos se pasaban la vida batallando con los de alrededor, nos mete de lleno en la política.
Nos muestra una Roma virulenta siempre cerca de la guerra civil.
Posteguillo a través de un juicio clave en la vida de Julio Cesar, y es que se jugaba la vida en él, y también la política, nos enseña a un hombre que tuvo que madurar a marchas forzadas por ser sobrino de uno de los grandes de Roma.
Un hombre que por herencia tuvo que lidiar siempre contra todo y contra todos y no rendirse jamás.
Destacar en el libro las partes del juicio donde la oratoria, el arte de convencer por medio de la palabra, destaca en los personajes. Largos párrafos sencillamente geniales donde Julio Cesar convence, Posteguillo convence, Roma soy yo, convence