InicioMis librosAñadir libros
Descubrir
LibrosAutoresLectoresCríticasCitasListasTest
>

Crítica de Yaneth_Ojeda


Yaneth_Ojeda
16 September 2021
Alejandra Pizarnik: Poesía completa. México: 2018. 470

Ella es un fenómeno, una leyenda desde que aún vivía. Se cuenta que en su sepelio llegaron por montones chicas imitándola en su vestir (abrigos enormes), pelo corto y hasta su forma de caminar. Alejandra nunca dejó de sorprender, incluso póstumamente. Se descubrieron sus textos en prosa en 1982 (Textos de sombra y últimos poemas) que hicieron redescubrir a una poeta por completo nueva y en 1999 Ivonne Bordelois publica la correspondencia de una Pizarnik desnuda y real. Conocer a la mujer
Bisexual, figura andrógina acomplejada con su aspecto. Su hermana cuenta cómo desde niña sufrió una obsesión por sus imperfecciones adolescentes como el acné. le horrorizaba tener un cuerpo gordo y en sus diarios solía compararse con la belleza de las otras, lo que detonó en consumir anfetaminas para adelgazar (cosa común ya que se usaban con normalidad). La corporalidad es uno de los aspectos fundamentales dentro de su obra: hay campos semánticos con referentes al cuerpo humano y los espacios en la mayoría de sus textos. La voz poética suele parecer atormentada por no saberse completa, parece fútil y frágil. Se da una vuelta a los tropos comunes donde el cuerpo femenino es un espacio de recreación masculina donde se admira la belleza ajena, donde se hace un encuentro de uno mismo con su física.
El pájaro también es un motivo recurrente, una necesidad de volar que, sin embargo no se cumple porque siempre suele estar enjaulado. Indefenso ante la vida. “Yo sólo vine a ver el jardín” son palabras de Lewis Carroll en Alicia en el país de as maravillas y que muchos usan para describir la vida de Alejandra, una niña eterna que no se interesaba en otra cosa que fuese el lenguaje y vivía en un mundo ajeno al nuestro. Para Pizarnik no había política o realidad social que valiera, era ella y su mundo poético tan solos.
¿Poeta maldita?, ¿surrealista?, ¿de vanguardia? Corría sangre o tinta por sus venas, admiradora de los poetas malditos. No pertenecía a nada ni a nadie su “patria es lenguaje”, vivió para las letras. Joven viajó a París como el sueño de todo artista de época, buscando empaparse del ambiente bohemio e intelectual que se retrata perfectamente en la Rayuela de Cortázar. Vivir por, de y para el arte, una completa entrega.
Es difícil leerla sin mover emociones o el pensamiento reflexivo, habría que ser una ostra para no redimirse ante una voz poética se horroriza del mundo que la rodea, pero que no se queda ahí, sumisa. Lo reconstruye una y otra vez a su antojo por medio de palabras y creación poética. Incluso León Ostrov su terapeuta, irrespetuso de su profesión se volvió amigo de aquella muchacha atormentada de ojos verdes: decía que más que analizarla, ella lo poetizaba.
Su poesía es casi sintética, cada palabra está elegida con sumo cuidado, ni los artículos caen de forma arbitraria. Cuando trabajaba solía recortar palabras en pequeños trozos de papel y acomodarlas mil veces hasta que adquirieran el significa perfecto: "Mis poemas los hago con mucha paciencia, un poeta no tiene apuro, no debe. Un verso, una línea, la escribo palabra a palabra. Cada palabra la anoto en una tarjeta distinta, las ubico en mi cama y comienza el trabajo. Voy moviendo las tarjetas como peones de un tablero de ajedrez, con los pies voy tapando las palabras. Fumo mucho. Desobedezco. Ahora las tarjetas se han ensuciado de tanto taparlas y descubrirlas. Mi cuerpo se revuelve, hago el amor con la poesía. Músculo a músculo. Tarjeta a tarjeta", escribió para Ostrov, su terapeuta.
También es sumamente erudita, se construye a partir de otros, como alumna de Borges destaca esa habilidad de poetizar con toda la biblioteca que se cuenta Se construye con un entramado de intertextualidades, retazos del acervo personal de cada uno se unen para formar una nueva retórica. “Borges nos enseñó, claramente, que se escribe con los pedazos de toda la tradición”.
Conocía el lenguaje y lo trabajaba al ejercer el poder metonímico de la poesía de evocar, no de nombrar (ejemplo de ello el poema “Continuidad”). Utiliza verbos intransitivos que se vuelven reflexivos al hacerlos volverse sobre sí misma: “me lloró”, “me danzo”, como en una especie de paradiástole.
La condesa sangrienta es una biografía ficcionada con un lenguaje muy poético. Ella lo calificó como un “comentario” sobre la novela le comtesse sanglante retrata a Erzébet Bathory dueña de un castillo donde por las noches se sacrifican vidas en pos de la belleza de la Condesa, alegorías perversas y hermosas sobre los actos cometidos por aquella mujer. Su poesía también encuentra elementos eróticos, y un poco pornográfico. En “Violario” se hace un cuadro sobre la masturbación obligada que hace una anciana a una niña en un velorio, Pizarnik toca temas diversos y no sólo el mítico estado de muerte que se asocia al pensar en ella.
Revalorizar la escritura de una poeta e intelectual enorme y no enajenarnos a la concepción de la escritora loca a la que se remite a la mayoría de las artistas. Donde quedaron en el olvido grandes voces por no tratar temas del común denominador dentro del mundo literario regido por la dominación patriarcal. al leer a Alejandra Pizarnik se necesita de un estado de paciencia y disposición intelectual, ya que no es una poesía fácil. al estar tan depurada se tienen que sustraer con cuidado las esencias de cada lectura, tratar de comprender los juegos lingüísticos creados por la autora. Está demás mencionar que se encuentra a la altura de cualquier otro escritor argentino y de la literatura universal.


Verónica Yaneth Galván Ojeda
Comentar  Me gusta         00



Comprar este libro en papel, epub, pdf en

Amazon ESAgapeaCasa del libro