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Críticas sobre Poesía completa (10)
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Tamichi
 03 July 2020

Alejandra Pizarnik. Una de las más grandes poetisas. Todo sus versos, sus letras, sus palabras, son puro dolor, amor, pasión... que escribía desde lo más adentro del alma.
Tan tenso que te hará sentir en todo momento.
La edición del libro me ha gustado muchísimo. Los detalles y notas que trae.
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Lizvzcrz
 08 February 2023
Para ser un libro de poesía me costó leer algunos poemas y no por el nivel de su escritura sino más bien por lo que transmitían, Alejandra Pizarnik plasmaba cada dolor, cada ira, cada tristeza en sus poemas que te dejaban con un sentimiento especial en algunos de ellos.
Algo que me agrado del libro son las notas de página donde nos van dando un poco de contexto en cuento al poema o donde se encontró, pues había muchos que estaban como regados en alguna hoja que se encontró en su cajón o en su casa. de cierta manera vas viendo a través de sus escritos esa lucha interna por las que paso la poeta, ese amor hacia la muerte y el odia hacia la vida se plasman en muchos de sus poemas.
Para leer este poemario tienes que armarte de valor y tiempo porque necesitaras reflexionar sobre las emociones que te transmiten tan cruda y apasionadamente.
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SantiDelRod
 22 May 2023
Leer a Pizarnik es leer la sombra y la sed; es ver el marchitarse del lila en la más tenue penumbra de ese sol negro que tanto daño hizo a Alejandra; el simbolismo dentro de la obra de esta poeta es simplemente exquisito ¿entendible? Muy poco probable, pero ¿sensitivo? Lo es a cantidades industriales.

Algo que es maravilloso de esta mujer es que no sigue, en la mayoría de sus casos, el orden cromático social, es decir, si para el mundo es rojo es pasion, para ella es agresión; si el azul es tristeza, para ella es ese lugar feliz de los ojos de su padre. El lila es vida dentro de Alejandra y el verde la infancia. de cierta manera todo se congrega en ese jardín que parece mancillado por las vicisitudes del tiempo.

Divago mucho, pero es que Pizarnik es imposible abordarla de manera lógica cuando terminas de leerla, esta mujer es una poeta simplemente maravillosa, decadente y capaz de romperte para rehacerte, es simple y llanamente increíble.
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SamCCRivera
 23 April 2021

Una edición impecable y cuidada respetando al máximo posible la escritura de Pizarnik. Un libro que leer muy poco a poco, parándose en cada poema para apreciar su arquitectura y casi parándose en cada palabra elegida de forma consciente para que funcione en su conjunto como un artefacto poético que arrasa con la materia emocional e intelectual de la lectora y lo arrastra hasta su propio mundo, un mundo muy particular, muy pasional, muy profundo y muy complejo.
Su juego con el silencio y el espacio en blanco que esta edición refleja de manera muy limpia, es una obra maestra como lo son el resultado de la gran mayoría de estos poemas.

No es un libro para principiantes de la poesía pero tampoco es una poesía que peque de intelectualismo o quiera ser filosofía pobre encubierta como le ocurre a muchos poetas, la poesía de Pizarnik está viva, no agota ninguna metáfora en ningún concepto y aguanta una segunda, tercera y milésima lectura con la misma profundidad intelectual y emocional. Una poeta que merece con creces toda la admiración que produce.
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Luentreletras
 29 November 2020
Alejandra llegó a mi vida lectora para cambiar un montón de mis ideas respecto a la poesía. No sé cómo explicarlo bien la verdad, pero cada poema de ella que leí me afectó de alguna manera y lo encontré en el momento en que lo necesitaba.😍
El poder de la pluma de Pizarnik es impresionante.Yo este año releí muchos de sus poemas y leí otros que no había leído cuando leí su Poesía Completa, y es que WOW.
No se como explicar lo que amo la pluma de Pizarnik.
Simplemente no puedo.
No hay palabras suficientes que me sirvan para recomendarles su poesía y convencerlos que la lean.
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Yani
 20 March 2018
Siempre me encontraba con Pizarnik por partes, como si se estuviera escapando. Escuché su nombre, conocí un poco de las vicisitudes de su vida y la literatura no llegaba a mí. Leí poemas sueltos en algún que otro lugar, pero nunca me había hecho la idea de sumergirme en la poesía completa y acabarla. Así que, ahora que tuve la oportunidad, puedo decir que no salí decepcionada y que me asombra lo mucho que aprendí de ella leyendo este libro y no una biografía. Todo autor construye una voz, eso es innegable, pero la voz de estos poemas se parecen mucho a Pizarnik y tienen un Yo muy fuerte. ¿Acaso no es esa niña infeliz? ¿No es la escisión de sí misma? ¿No se refiere al proceso de escritura?

Para evitar señalar uno por uno los textos que más me gustaron (porque sería muy engorroso), resumo diciendo que los que pertenecen a “Las aventuras perdidas” y “Extracción de la piedra de la locura” me produjeron un no sé qué especial. Hay imágenes que se repiten mucho en el libro (el viento, las lilas, los pájaros, la niña, el silencio) y tal vez leer toda la poesía junta sea contraproducente. Con esto me refiero a que puede llegar a crear la sensación de que siempre escribía sobre lo mismo pero, a fin de cuentas, era lo que a ella le interesaba plasmar. Son textos básicamente deprimentes y oscuros, como si Pizarnik quisiera agarrar al lector del cuello y obligarlo a contemplar sus miserias personales. Y sus pedazos. No recuerdo en este momento algún atisbo de alegría o de luz en sus palabras.

Me saco el sombrero ante mi edición, que tiene notas muy útiles (y hasta curiosas) y no salteó las dedicatorias. Lo único que le recrimino es que no se hayan tomado el trabajo de traducir lo que está en otros idiomas, con el fin de que el lector que no sepa francés, por ejemplo, no tenga que suspender la lectura para entender la totalidad del poema.

En síntesis, me llevé una muy buena impresión de Pizarnik y confío en que pronto leeré los diarios y los cuentos. Y así podré (creo) armar una Pizarnik propia.
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Yaneth_Ojeda
 16 September 2021
Alejandra Pizarnik: Poesía completa. México: 2018. 470

Ella es un fenómeno, una leyenda desde que aún vivía. Se cuenta que en su sepelio llegaron por montones chicas imitándola en su vestir (abrigos enormes), pelo corto y hasta su forma de caminar. Alejandra nunca dejó de sorprender, incluso póstumamente. Se descubrieron sus textos en prosa en 1982 (Textos de sombra y últimos poemas) que hicieron redescubrir a una poeta por completo nueva y en 1999 Ivonne Bordelois publica la correspondencia de una Pizarnik desnuda y real. Conocer a la mujer
Bisexual, figura andrógina acomplejada con su aspecto. Su hermana cuenta cómo desde niña sufrió una obsesión por sus imperfecciones adolescentes como el acné. le horrorizaba tener un cuerpo gordo y en sus diarios solía compararse con la belleza de las otras, lo que detonó en consumir anfetaminas para adelgazar (cosa común ya que se usaban con normalidad). La corporalidad es uno de los aspectos fundamentales dentro de su obra: hay campos semánticos con referentes al cuerpo humano y los espacios en la mayoría de sus textos. La voz poética suele parecer atormentada por no saberse completa, parece fútil y frágil. Se da una vuelta a los tropos comunes donde el cuerpo femenino es un espacio de recreación masculina donde se admira la belleza ajena, donde se hace un encuentro de uno mismo con su física.
El pájaro también es un motivo recurrente, una necesidad de volar que, sin embargo no se cumple porque siempre suele estar enjaulado. Indefenso ante la vida. “Yo sólo vine a ver el jardín” son palabras de Lewis Carroll en Alicia en el país de as maravillas y que muchos usan para describir la vida de Alejandra, una niña eterna que no se interesaba en otra cosa que fuese el lenguaje y vivía en un mundo ajeno al nuestro. Para Pizarnik no había política o realidad social que valiera, era ella y su mundo poético tan solos.
¿Poeta maldita?, ¿surrealista?, ¿de vanguardia? Corría sangre o tinta por sus venas, admiradora de los poetas malditos. No pertenecía a nada ni a nadie su “patria es lenguaje”, vivió para las letras. Joven viajó a París como el sueño de todo artista de época, buscando empaparse del ambiente bohemio e intelectual que se retrata perfectamente en la Rayuela de Cortázar. Vivir por, de y para el arte, una completa entrega.
Es difícil leerla sin mover emociones o el pensamiento reflexivo, habría que ser una ostra para no redimirse ante una voz poética se horroriza del mundo que la rodea, pero que no se queda ahí, sumisa. Lo reconstruye una y otra vez a su antojo por medio de palabras y creación poética. Incluso León Ostrov su terapeuta, irrespetuso de su profesión se volvió amigo de aquella muchacha atormentada de ojos verdes: decía que más que analizarla, ella lo poetizaba.
Su poesía es casi sintética, cada palabra está elegida con sumo cuidado, ni los artículos caen de forma arbitraria. Cuando trabajaba solía recortar palabras en pequeños trozos de papel y acomodarlas mil veces hasta que adquirieran el significa perfecto: "Mis poemas los hago con mucha paciencia, un poeta no tiene apuro, no debe. Un verso, una línea, la escribo palabra a palabra. Cada palabra la anoto en una tarjeta distinta, las ubico en mi cama y comienza el trabajo. Voy moviendo las tarjetas como peones de un tablero de ajedrez, con los pies voy tapando las palabras. Fumo mucho. Desobedezco. Ahora las tarjetas se han ensuciado de tanto taparlas y descubrirlas. Mi cuerpo se revuelve, hago el amor con la poesía. Músculo a músculo. Tarjeta a tarjeta", escribió para Ostrov, su terapeuta.
También es sumamente erudita, se construye a partir de otros, como alumna de Borges destaca esa habilidad de poetizar con toda la biblioteca que se cuenta Se construye con un entramado de intertextualidades, retazos del acervo personal de cada uno se unen para formar una nueva retórica. “Borges nos enseñó, claramente, que se escribe con los pedazos de toda la tradición”.
Conocía el lenguaje y lo trabajaba al ejercer el poder metonímico de la poesía de evocar, no de nombrar (ejemplo de ello el poema “Continuidad”). Utiliza verbos intransitivos que se vuelven reflexivos al hacerlos volverse sobre sí misma: “me lloró”, “me danzo”, como en una especie de paradiástole.
La condesa sangrienta es una biografía ficcionada con un lenguaje muy poético. Ella lo calificó como un “comentario” sobre la novela le comtesse sanglante retrata a Erzébet Bathory dueña de un castillo donde por las noches se sacrifican vidas en pos de la belleza de la Condesa, alegorías perversas y hermosas sobre los actos cometidos por aquella mujer. Su poesía también encuentra elementos eróticos, y un poco pornográfico. En “Violario” se hace un cuadro sobre la masturbación obligada que hace una anciana a una niña en un velorio, Pizarnik toca temas diversos y no sólo el mítico estado de muerte que se asocia al pensar en ella.
Revalorizar la escritura de una poeta e intelectual enorme y no enajenarnos a la concepción de la escritora loca a la que se remite a la mayoría de las artistas. Donde quedaron en el olvido grandes voces por no tratar temas del común denominador dentro del mundo literario regido por la dominación patriarcal. al leer a Alejandra Pizarnik se necesita de un estado de paciencia y disposición intelectual, ya que no es una poesía fácil. al estar tan depurada se tienen que sustraer con cuidado las esencias de cada lectura, tratar de comprender los juegos lingüísticos creados por la autora. Está demás mencionar que se encuentra a la altura de cualquier otro escritor argentino y de la literatura universal.


Verónica Yaneth Galván Ojeda
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MaiteMateos
 27 July 2021
Adentrarse en el mundo poético de la controvertida y mítica autora argentina Alejandra Pizarnik, que publicó su obra entre los años 50 y 70 del siglo XX, significa sumergirse en una auténtica vorágine de emociones impregnadas de angustia, asfixia, soledad y opresión.
La poesía de Alejandra Pizarnik es un auténtico ejercicio de introspección, una búsqueda de sí misma por vericuetos plagados de sombras que te salen al paso a cada instante, sombras cargadas de una profundidad nebulosa, gris, en la que apenas puede discernirse una mínima franja de luz, mientras reflexiona acerca de la escritura y la poesía, a las que se aferra con desesperación, como una especia de tabla de salvación que quizá impida que acabe hundiéndose más y más en sí misma y que va más allá de una mera búsqueda de reconocimiento. Su genialidad se centra en la originalidad de su expresión más íntimamente emocional, sensual, donde predomina una sensación de alteridad, de extranjerismo, de no encajar en nada ni en ningún sitio, navegando siempre entre los dos temas que más le obsesionan, la infancia y la muerte. Infancia entendida como vida, como algo opuesto a la muerte, como un paraíso perdido que nunca se llegó a disfrutar plenamente. La muerte aparece como un personaje más con el que parece coquetear, de la misma manera que coquetea con el espectro de la locura, ese otro personaje amenazador que la acecha por doquier, ese personaje envuelto en sombras, que posee múltiples voces, voces que se debaten entre las omnipresentes cenizas para intentar alcanzar el amor, un amor siempre huidizo y esquivo…
Y con todo su auténtico empeño era siempre alejarse de esos nombres, de esos referentes, de esos conceptos asumidos culturalmente que hilan el silencio de las cosas, para descubrir la auténtica esencia de sí misma y de todo.
Enlace: https://librosmagazine.wordp..
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ciaovalentina
 06 June 2020
A esta señora la he tenido que leer muy despacito porque de tristeza y grietas yo ya andaba sobrada. Pero es sin duda, muy recomendable.
Enlace: https://www.instagram.com/p/..
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Zzzeta
 24 February 2020
La poesía de Alejandra Pizarnik discurre por los rincones más únicos pero al mismo tiempo más universales: la infancia, el amor, la pérdida, el lenguaje, etc. Su poesía suele ser breve, pero también tensa y llena de imágenes (pájaros, sombras, manos) que hacen al lector sumergirse en un mundo que la autora crea para sí y para los otros.
Su poesía es, más que mera expresión poética, un pensar, un sumergirse en el lenguaje hasta alcanzar algo que, aunque se quiere decir, no logra expresarse tal cual a palabras, quedando siempre "oculto" en el poema, aunque se le puede sentir, se le percibe de alguna forma u otra.
Su lenguaje no es sencillo, y quedarse sólo con los temas más concurrentes de los críticos es una falta para el lector. Para leer a Pizarnik en su poesía hay que tener en cuenta el lenguaje como centro y la vida como el corazón de ese centro, de tal manera, su poesía se descubre como un intento de alcanzar más que lo dicho y lo dicho mismo. "Por eso cada palabra dice lo que dice y además más y otra cosa" como bien nos señala Pizarnik en uno de sus poemas. Quedarse, por tanto, en lo evidente de su poesía, es olvidar eso otro que toda palabra dice, eso otro que regresa a cada lector a su propia vida y lo cuestiona en su existencia, obligandolo a realizar un diálogo silencioso con los poemas de Pizarnik y con la literatura en general.
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