En tu compañía hay más de diez mil hombres que después que han sabido de la muerte de don Roldán, que era su capitán y su guía en las grandes afrentas, han hecho juramento de no pasar de aquí aunque tú se lo mandes.
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En tu compañía hay más de diez mil hombres que después que han sabido de la muerte de don Roldán, que era su capitán y su guía en las grandes afrentas, han hecho juramento de no pasar de aquí aunque tú se lo mandes.
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Con vosotros tenía todos los bienes del mundo y en perderos perdí toda la esperanza y alegría que tenía, y sólo me quedé desamparado de todo el mundo, salvo de tristeza, a la cual ruego afincadamente acorte estos mis tristes días, pues no veo razón para querer vivir sin vuestra leal compañía.
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Oh, mis leales caballeros, cuánta razón tengo en lloraros, pues además de lo que pierdo en perderos, cada uno de vosotros era más digno de la corona imperial que yo,
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Verdaderamente si yo no sé de mis varones, yo propongo de dejar la corona imperial y todo el gobierno, pues hombre que tan desdichadamente perdió tales caballeros no merece reinar.
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ESTANDO Carlo Magno en Mormionda en gran tristeza porque no sabía nuevas de sus varones, mandó llamar a Ganalon y a Geofre de Alta Hoja, Alberto de Macayre y muchos otros, y entre ellos vino el duque Regner,
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Mas nuestro señor dios, que jamás olvida a los suyos ni deja desconsolados a los que con sanas entrañas le piden consuelo, le envió un ciervo blanco que delante de él se metió en el río y pasó a la otra parte,
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No volveré jamás en la torre ni Durandal meteré en la vaina hasta que al viejo almirante corte la cabeza.
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Y sintiendo Ricarte las pisadas de las gentes del rey Clarion le dio tan grande golpe en el brazo derecho que la espada le hizo saltar de la mano y le asió de un brazo y le sacó de la silla y le cortó la cabeza. Y saltó en su caballo que estaba más descansado que el suyo.
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Señor Roldán, más vale que cualquiera de nosotros vaya, que vos sois nuestra guía y nuestro capitán, y si los turcos supiesen que no estáis con nosotros nos van a dar mayor guerra de la que nos han dado y podríamos peligrar.
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Y tomaron los dos caballeros la delantera, e hizo Guy de Borgoña tan grande matanza de ellos que don Roldán estaba espantado y muchas veces olvidaba el pelear por verle herir con la espada,
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Marinero en tierra