En este libro se alude a la tendencia que tiene la gente joven a complicar las cosas. Yo creo que no es una característica propia de la juventud. Creo que todos, en un momento dado, sentimos la necesidad de darle vueltas y más vueltas a ciertas cuestiones y tejer un escudo de inconvenientes que nos impida tomar una decisión; una red construida antes siquiera de presentir la caída. Pero creemos firmemente que caeremos porque no confiamos lo suficiente en nosotros mismos, y por eso nos protegemos. Muchas veces achacamos esta manera de actuar a nuestra incapacidad para expresar nuestros sentimientos, al hermetismo de los demás, a nuestra incomodidad ante situaciones que no podemos controlar, a lo diferentes que somos. Sigue siendo miedo. A querer, a que nos quieran, a lo que piensen los demás o a no estar a la altura de lo que la persona amada espera de nosotros. Aunque no sepamos ni lo que es. Y por eso se rompen cosas importantes y después, con el paso del tiempo, nos encontramos pensando en lo que fue como si lo hubiese vivido un desconocido. Nos alejamos de las personas que nos cambiaron la vida creyendo que la distancia pondrá las cosas en su sitio. Pero solo las descoloca más. + Leer más |