Los recuerdos son engañosos: está lo que recuerdas y lo que crees recordar.
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Los recuerdos son engañosos: está lo que recuerdas y lo que crees recordar.
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A veces me pregunto si lo que me mueve no será más el odio hacia Ellos que el amor hacia mis congéneres humanos. Pero nadie me paga por ese tipo de reflexiones, así que no me lo pregunto con frecuencia.
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Tengo la sensación de que no os voy a caer demasiado bien. Eso puede que resulte ser lo único que tengamos en común, así que saquémosle el máximo partido. |
Vivimos en un mundo espantoso, donde a lo más a lo que verdaderamente podemos aspirar es a que los días vacíos y sin sentido se sucedan uno tras otro sin que las cosas empeoren demasiado. [...] las dos únicas cosas que perduran son los emisarios de las sombras y las obras maestras. Que ahora yo tenía inquietantes y buenos motivos para creer podrían no ser categorías tan independientes como pensaba antaño. Colaboraciones. (Una palabra apropiada. Dos artistas colaboran en una obra maestra. Los traidores colaboran con el enemigo). |
Había demostrado más allá de toda duda razonable que dioses y demonios eran meros mitos y supersticiones; sin embargo, en lo profundo de su indómito corazón de campesino («Mi padre era boticario en un pueblo y mi madre hija de un cabrero, figúrese»), él creía… Y las creencias, como el amor y el sueño, son algo que no puedes controlar. No puedes tenerlas cuando quieres y dejar de tenerlas cuando no quieres.
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Ah, Ellos tienen cualidades, por supuesto. No es más que un mito —descabellado, aunque muy extendido— lo de que solo los héroes poseen buenas cualidades y todas las cualidades de los héroes son buenas, y que los malos, por definición, no tienen nada bueno. Chorradas. Pensadlo. Pensad en las cualidades que se requieren para ser un criminal de éxito o simplemente competente. Se necesita valor, para colarte en la casa de un desconocido, cuya distribución desconoces, sabiendo bien que casi con toda seguridad el dueño está bien aprovisionado de armas, perrazos y siervos fuertes y enérgicos. ¿Os gustaría a vosotros tener que hacerlo?, ¿y a cambio de qué? De un saco lleno de obras de arte lo bastante pequeñas y manejables como para poder acarrearlas, por las que probablemente sacaréis una miseria. A lo que hay que añadir que tiene que ser una persona tranquila, reflexiva y llena de recursos, de mano firme y toque delicado, capaz de trabajar rápida y metódicamente. Y eso solo para el ladrón barriobajero frecuentador de callejones oscuros. Pensemos en los hombres verdaderamente malvados y atroces de la historia, los que masacraron naciones en nombre de algún ideal tergiversado. Necesariamente tenéis que reconocer que tenían Fe (que mueve montañas y sin la cual nuestros meros empeños son en vano), Esperanza, Fidelidad y Abnegación en Nombre de la Causa, y casi cualquier otra cualidad noble y gloriosa que se os pueda venir al pensamiento, con la excepción del pequeño detalle de estar en lo cierto… + Leer más |
[...] El enemigo de mi enemigo es mi amigo, ¿no? —Eso es como decir que el gato del gato es un perro. |
Los recuerdos son engañosos: está lo que recuerdas y lo que crees recordar, los retoques y tachaduras de la memoria; las correcciones, las rectificaciones, los errores en la lectura y todo el aparato crítico de la mente consciente tratando de vestir la mona de seda.
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El dinero, los bienes materiales… nunca me han importado demasiado. Lo que dificilísimamente viene fácil se va… ¿Y qué? Es un poco como ser el mayor terrateniente de una isla dominada por un volcán activo. Sabes que es solo cuestión de tiempo.
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En parte, me dijo, disfrutaba de mi compañía; no era habitual que tuviese la oportunidad de hablar con alguien cuya cabeza no estuviera llena de opiniones académicas y trilladas. (Me está llamando estúpido». «Por el amor de Dios, no, solo ignorante»). |
Es un cuerpo creado a partir de la unión de distintas partes de cadáveres diseccionados, escrito por Mary Shelley a partir del reto literario de Lord Byron.