Confusión

Sé que es absurdo, pero tengo la sensación de que es culpa mía que haya muerto. Me entran ganas de llorar. Pienso que jamás lograré librarme de ese remordimiento, y la idea de cargar con él toda la vida me parece un precio demasiado alto por un instante de egoísmo, pero lo cierto es que, si me hubiera molestado en bajarme de coche, a lo mejor esa mujer seguiría viva.

Deseo con toda mi alma poder cogerle la mano y decirle que la quiero, que me abrace y que me diga que todo va a salir bien. Porque a veces no estoy segura de que vaya a ser así.

La inquietud se palpa en el aire. Encoge las paredes de la casa, que se cierran a mi alrededor y me roban el aliento.

Contengo la respiración, y suena una vez más. Lloro de nuevo, y el timbre cesa y vuelvo a contener la respiración por si esta vez se ha ido de verdad. Pero suena otra vez fulminando mis esperanzas