Rebelión en la granja

Como encabezado de reseña os contaré una anécdota que puede que os haga entre poca y ninguna gracia pero fue por la cual hoy os traigo esta reseña.
El mayor de mis primos hermanos, más hermano que primo, me dijo lo siguiente: Laura, tienes que leer Rebelión en la granja. A lo que yo respondí en forma de pregunta. ¿De qué trata? Me miró y respondió, literalmente . Por supuesto me quedó muy claro y necesitaba, tarde o temprano, leerlo.
Vamos al lío. Este es un autor del que no sería amiga jamás. Su forma de narrar me parece un tanto soporífera pero si sabes sobrellevarlo, encontrarás que sus narraciones tienen un trasfondo tremendo. Incluso asusta. ¿Orwell escritor o profeta? No me extraña que sus obras perduren en el tiempo. Asusta de verdad lo real que suena todo en sus manos. Lo posible. Sus consecuencias también. Creo que después de que usará 1984 como somnífero ultrapotente, lo cual, recalco, no es culpa suya si no mía (de eso nada) me he reconciliado con el autor gracias a esta novela. Ojo, no quiero decir que 1984 no me gustase. Lo que no me gustó fue su pluma y la estructuración de la novela.
Esta novela no deja de ser una magnífica sátira sobre la Revolución Rusa y sus animales, una alegoría a todo aquel que en ella participó. Una novela tan real que hasta los animales parecen humanos. ¿O los humanos somos animales? En fin... Sea como fuere, una novela impactante y muy bien hilada. Con un final, más bien una frase final, tremenda.